La fruta es una solución ideal para una cena ligera y saludable, más cuando se está en proceso de perder peso o sometido a una dieta por motivos de salud. Siempre es recomendable y cinco piezas al día es la cantidad que especialistas en nutrición recomiendan, y una ingesta en horario nocturno, al ser un alimento bajo en calorías y alto en fibra, además de en vitaminas, minerales y antioxidantes, siempre suma. Incluso, en zumo, suponen un complemento ideal.
Cualquier momento del día es bueno para comer fruta, aunque por la noche hay que tener en cuenta su potencial calórico, da manera individual, y la cantidad de fructosa que poseen -azúcar natural que poseen- para conseguir el objetivo. Por ello, los nutricionistas recomiendan en el tramo horario que nos atañe evitar frutas ácidas, principalmente. Es el caso de la piña, la naranja o las mandarinas. De la misma manera que las que mayor cantidad de fructosa acumulan, como pueden ser el kiwi, el mango, las fresas o el plátano, este último especialmente por su aporte calórico.
Cabe recordar que cenar fruta puede hacer aumentar el nivel de azúcar en sangre, lo que no ayuda a adelgazar, de la misma manera que no es recomendado para los diabéticos, lo que hace ser más escrupulosos a la hora de elegir qué tipo de fruta y cuánta cantidad conviene ingerir en ese momento del día, en el que los inmersos en la carrera por perder peso intentan huir de las tentaciones.
Eso sí, existen varias frutas que sí son recomendadas especialmente a ser bajas en calorías y azúcar. Principalmente, los especialistas en nutrición apuntan hacia variedades como la manzana, por sus cualidades saciantes, la pera y el melón, estas dos últimas gracias a su alta cantidad de agua, que compensan el aporte calórico o de fructosa. En la misma línea encontramos al melocotón, que aporta menos calorías que el melón incluso, o la sandía, con un elevado contenido en agua.
Sea la que sea, pero siempre con moderación, la fruta es uno de los alimentos más recomendables y saludables dentro de una dieta equilibrada, siendo perfecta como cena, más cuando el calor aprieta y baja el apetito, pidiendo el cuerpo más aporte líquido.