El verano es sinónimo de sol, diversión y días al aire libre. Sin embargo, a medida que disfrutamos del clima cálido, nuestra piel queda vulnerable a los efectos dañinos de los rayos ultravioleta. Las manchas solares en la cara son una preocupación común durante esta temporada, pero, ¿cómo podemos evitarlas y mantener una piel radiante?
Primero de todo evita el sol en sus horas pico. Las horas centrales del día son las más peligrosas en cuanto a exposición solar. Durante este periodo, el sol es más intenso y tiene un potencial dañino mayor para nuestra piel. Si tienes que salir, asegúrate de estar bien protegido y no te olvides de utilizar el protector solar. Este debe aplicarse al menos 30 minutos antes de la exposición al sol. Además, se debe reaplicar cada dos horas o después de nadar o sudar.
Otra forma es manteniendo una alimentación equilibrada. La salud de nuestra piel también se refleja en lo que comemos. Una dieta rica en antioxidantes y vitaminas puede ayudar a proteger la piel de los efectos nocivos del sol. Mantenerse hidratado también es muy importante. Beber al menos dos litros de agua al día es crucial para ayudar en la regeneración celular. La hidratación adecuada también previene la sequedad, el envejecimiento prematuro y, en última instancia, las manchas solares.
Protege las zonas de los labios, los ojos y las orejas, ya que son especialmente sensibles al sol. Para ello puedes utilizar gafas de sol con protección UV y sombreros de ala ancha para mantener estas áreas protegidas. También hay que tener mucho cuidado con los productos que te aplicas como las cremas perfumadas y los perfumes, ya que pueden contener ingredientes que, cuando se exponen al sol, pueden provocar manchas o reacciones en la piel. Es esencial ser cauteloso y leer las etiquetas.