Las lentejas son una legumbre tradicional en la cocina española y, como otras leguminosas, son naturalmente aptas para personas celiacas, ya que no contienen la proteína que se encuentra presente en los cereales. Sin embargo, a pesar de las estrictas normativas y medidas adoptadas por la industria alimentaria, la contaminación cruzada con gluten sigue siendo un problema común. Por lo tanto, es importante que las personas con enfermedad celíaca verifiquen el etiquetado antes de consumir este alimento para evitar problemas de salud.
Según explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), su cultivo es rotativo con cereales tales como el trigo, la cebada o el centeno, lo que da lugar a que entre las plantas de leguminosas puedan crecer las semillas de cereales cosechados en la campaña anterior. Asimismo, suele ser frecuente el uso compartido de maquinaria agrícola. Por lo que la contaminación cruzada puede suceder durante el proceso de cultivo, transporte o en las instalaciones de envasado, lo que representa un riesgo potencial para las personas celiacas.
A pesar de que los operadores de la industria alimentaria están obligados a seguir procedimientos encaminados a minimizar la presencia de contaminantes en los alimentos, a veces no se puede garantizar con seguridad. Además, es posible que se encuentren granos de cereal que se escapen en el momento de separación, especialmente en el caso de las lentejas por su tamaño. En estos casos, el consumidor debe verificar la etiqueta del producto. La posible presencia de trazas de cereales debe advertirse con indicaciones del tipo 'puede contener gluten'.
Una garantía segura para los celiacos es el sello 'sin gluten' en el envasado del producto. Según el Reglamento europeo (UE) nº 828/2014, los productos que lleven en el etiquetado la mención sin gluten deben contener menos de 20 ppm (mg/kg). Cantidades superiores producen daño intestinal en personas celiacas. Otra opción para verificar que las lentejas están exentas de gluten es la aplicación Facemovil, una herramienta de seguridad alimentaria creada por la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
También, las lentejas son aptas para el consumo de celiacos si cuentan con la certificación del Sistema de Licencia Europeo (ELS) o la espiga barrada. La FACE recomienda el consumo de lentejas secas después de haber realizado una limpieza previa a la cocción. Especifican que el proceso debe comenzar por «una inspección visual, retirar los posibles granos de trigo presentes y lavar las lentejas bajo el chorro de agua para garantizar la ausencia total de granos de cereales con gluten en lentejas preparadas». Asimismo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) desaconseja su compra a granel. Igualmente, recomienda evitar los tipos más pequeños, como la pardina o francesa, ya que es más susceptible a este tipo de contaminación.