El 78% de la población española dedica más de cuatro horas al día a una pantalla, según un estudio llevado a cabo por TCL. Este dato hace saltar las alarmas de los expertos en salud, ya que muchos viven expuestos a la luz azul durante toda la jornada: de la pantalla del móvil, al ordenador, la tablet y la televisión. Este escenario no es idóneo para el bienestar de la piel, la vista y el ritmo circadiano del cuerpo.
La luz azul que emiten las pantallas tienen diferentes impactos en la salud, la mayoría de ellos negativos. Entre estos, su incidencia en la piel puede ser dañina para las células. El problema no es su intensidad, sino la cantidad de tiempo ante la exposición. Este espectro de luz afecta a la producción de radicales libres, unas moléculas que son responsables del envejecimiento cutáneo, lo cual, se traduce como problemas de pigmentación. Esto quiere decir que propicia la aparición de manchas, sequedad, irritación, rojeces, pérdida de elasticidad y firmeza. Para evitarlo, es recomendable utilizar tratamientos de cosmética que contengan antioxidantes.
La vista también sufre frente a la exposición a la luz de las pantallas. Esto tiene un impacto a largo plazo en la salud ocular, aunque el ojo humano cuenta con los mecanismos de defensa para filtrar la luz azul, una exposición prolongada y continúa puede aumentar el riesgo de problemas en la vista. Es por ello que se recomienda emplear filtros en la pantalla. Muchos dispositivos cuentan con una opción en sus ajustes que les permite ajustar la intensidad de la luz y el nivel de brillo de la pantalla.
Además, otro aspecto que se ve influenciado son los ritmos circadianos del cuerpo. La Universidad de Harvard publicó un artículo en el que explicaba que la luz azul afecta en la generación de sustancias en el cuerpo humano. Esto quiere decir que suprime la secreción de melatonina, que influye en los ritmos que responden a la luz y a la oscuridad alrededor del cuerpo. Por lo que, la falta de melatonina hace que el cuerpo tarde más en conciliar el sueño. Lo fundamental sería evitar la exposición a las pantallas las horas previas al descanso.
Aun así, no se deben exagerar los riesgos de la luz azul ya que presenta beneficios en su justa medida. Los expertos aseguran que no toda la luz azul es negativa, es la luz procedente de las pantallas la que realmente daña el cuerpo humano. Una cantidad moderada es esencial para mantener el organismo alerta y mejorar el estado de ánimo. La exposición a la luz azul natural, como la del sol, es importante para regular el ciclo de sueño y vigilia.