La llegada de la primavera en España trae consigo un fenómeno que afecta a más del 50% de la población: la astenia primaveral. Este trastorno adaptativo se caracteriza por una sensación persistente de cansancio físico y mental que impacta significativamente en nuestra rutina diaria.
Según explica Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos, nuestro organismo debe adaptarse a múltiples cambios ambientales durante esta época: variaciones en la temperatura, presión atmosférica, humedad y horas de luz solar. Estos factores, sumados al cambio horario, alteran nuestro ritmo circadiano y la producción de neurotransmisores esenciales.
Los signos más frecuentes incluyen:
- Fatiga persistente y somnolencia diurna
- Dificultades de concentración
- Alteraciones del sueño
- Irritabilidad y cambios de humor
- Disminución del apetito
- Cefaleas recurrentes
- Reducción de la libido
Alimentación estratégica contra la astenia
La doctora Samara Palma, coordinadora de Nutrición Clínica del Hospital La Paz de Madrid, enfatiza la importancia de una alimentación específica para combatir estos síntomas. Los nutrientes fundamentales incluyen vitaminas del grupo B, presentes en carnes magras y vegetales verdes; vitamina C, abundante en cítricos y frutos rojos; hierro, encontrado en carnes y pescados; magnesio, disponible en frutos secos y semillas, y ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos
Las verduras primaverales como brócoli, espárragos, guisantes y alcachofas son especialmente beneficiosas. Entre las frutas, destacan las fresas, cerezas, nísperos y albaricoques por su alto contenido en antioxidantes y vitaminas.
Además de la alimentación, es fundamental mantener una rutina de ejercicio moderado, exponerse a la luz natural y gestionar adecuadamente el estrés. Los expertos recomiendan actividades al aire libre y mantener horarios regulares de sueño.