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Verano en Mallorca

La dermatóloga Leire Barrutia explica los tres errores más comunes del verano que pueden irritar tu piel

La experta ha hecho especial hincapié en el bronceado, que puede causar estragos en la cutícula

La dermatóloga ha compartido los consejos en redes sociales

| Palma |

Con el aumento de las temperaturas y la mayor exposición solar, muchas personas cometen errores frecuentes que afectan la salud de su piel durante el verano. Estos fallos, en apariencia inocentes, pueden desencadenar irritación, manchas y un envejecimiento prematuro cuya reparación resulta complicada. En este contexto, la especialista en dermatología Leire Barrutia ofrece una perspectiva clara sobre cuáles son los hábitos más dañinos y cómo prevenir sus efectos negativos.

En primer lugar, tener la falsa creencia de proteger sólo parcialmente el rostro mientras se toma el sol es un error común y muy extendido. Muchas personas optan por cubrir su cara con gorras, pañuelos o sombrillas, pensando que esa acción es suficiente para evitar la aparición de manchas o el melasma. Sin embargo, como explica Barrutia, el bronceado que se genera en el resto del cuerpo también estimula la producción de pigmentos en la piel del rostro. Esto significa que, aunque éste no reciba luz directa, puede sufrir un agravamiento de manchas y pigmentaciones.

Por esta razón, es fundamental entender que la protección eficaz contra la radiación solar debe ser integral y constante. No basta con cubrir parcialmente, ya que los rayos solares pueden indirectamente afectar el cutis. Esto es especialmente relevante en España, donde la incidencia solar durante los meses de verano es elevada, y las horas de exposición suelen ser prolongadas.

After sun: beneficios y limitaciones

En segundo lugar, otro aspecto a tener en cuenta es el uso incorrecto o mal entendido de los productos after sun. Aunque su aplicación está generalizada y aporta sensación refrescante e hidratante tras la exposición solar, estas cremas no tienen la capacidad de reparar el daño producido por el sol a nivel molecular. Barrutia aclara que, aunque son más ligeras y específicas para el verano, las cremas after sun son simplemente hidratantes con ingredientes calmantes y no sustituyen a tratamientos dermatológicos para daños profundos.

El daño solar puede alterar el ADN celular, lo que dificulta sobremanera su reparación. Por ello, la experta subraya la importancia de la prevención, especialmente durante los primeros veinte años de vida, cuando la acumulación de radiación ultravioleta aumenta exponencialmente el riesgo de desarrollar cáncer de piel. En España, donde el índice UV puede superar valores peligrosos en verano, la prevención desde temprana edad es decisiva para la salud cutánea a largo plazo.

Mitos y realidades sobre el bronceado y los protectores solares

Finalmente, un hábito que persiste pese a la información cada vez más accesible es la creencia de que el uso de fotoprotector con SPF 50 permite broncearse sin riesgos. Si bien estos protectores disminuyen considerablemente el daño solar, el simple hecho de generar un bronceado implica que la piel ha sufrido un estrés, un daño que no debería ser tomado a la ligera.

El bronceado es, en esencia, una respuesta defensiva del organismo ante la agresión provocada por los rayos UV. Por muy alta que sea la protección empleada, un tono más oscuro denota que la piel ha sido afectada y está intentando protegerse. Por ello, la recomendación de especialistas como Barrutia es disfrutar del sol sin la intención deliberada de cambiar el color natural de la piel, evitando así riesgos asociados como la irritación, desgaste celular y envejecimiento prematuro.

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