Las piscinas se convierten cada verano en un lugar de encuentro y ocio. Sin embargo, este placer puede tornarse en tragedia si no se extreman las precauciones. La vigilancia constante y activa de los más pequeños es esencial para prevenir ahogamientos, una de las principales causas de mortalidad infantil en verano.
En 2025, la Policía Nacional recomienda aplicar una sencilla regla conocida como la regla del 10-20, diseñada para mejorar la atención y reacción de los adultos responsables. Se trata de observar el agua cada 10 segundos y mantener una distancia que permita acceder a los niños en un tiempo máximo de 20 segundos. Así, se reduce significativamente el riesgo de accidentes.
El dato cobra especial relevancia tras conocerse que un niño puede ahogarse en cuestión de segundos si no se le presta atención constante. Esta alarmante realidad pone de manifiesto la necesidad de no perder de vista a los jóvenes en ningún momento, tanto en el entorno doméstico como en playas públicas.
La seguridad acuática y su importancia
En España, el número de incidentes relacionados con ahogamientos durante la época estival sigue siendo elevado a pesar de las campañas de concienciación. Según informes de asociaciones especializadas y sanitarias, la mayoría de estos sucesos se originan por descuido momentáneo de los adultos o falta de conocimiento sobre protocolos básicos de vigilancia.
Por ello, las instituciones insisten en que la prevención es la herramienta más eficaz. Tener cerca dispositivos de seguridad, como flotadores adecuados, y establecer zonas delimitadas para el baño son medidas complementarias, pero nunca pueden sustituir la atención directa.
Además, el entendimiento y aplicación de la regla del 10-20 ayuda a garantizar que la respuesta en caso de emergencia sea mucho más ágil, aumentando las probabilidades de salvar vidas.
Cada uno debe mirar por sus hijos o por los suyos, no vale decir que hay socorrista y me voy al bar. Un socorrista solo tiene dos ojos.