Las humedades en viviendas son una problemática muy extendida y representan un desafío importante para propietarios y expertos. La dificultad principal radica en diagnosticar acertadamente su origen, ya que muchas veces se actúa sobre los síntomas pero no sobre la causa real, lo que provoca que la humedad reaparezca en poco tiempo y se generen gastos innecesarios. En un país con amplias variaciones climáticas y en el que la oferta inmobiliaria incluye desde construcciones antiguas hasta viviendas con aislamiento moderno, entender el tipo de humedad y su origen es fundamental para llevar a cabo soluciones efectivas. Un método casero para diagnosticar este problema ha sido destacado recientemente por arquitectos especializados: la prueba del papel de aluminio.
Con esta técnica, cualquier propietario puede comprobar si la humedad procede del interior de la vivienda o si está entrando desde el exterior, antes de emprender obras que pueden resultar costosas y fútiles. La sencillez del método ha sorprendido incluso a expertos que ya lo recomiendan como primer paso en el análisis de humedades.
Tipos de humedades y sus características
Para comprender el problema, es importante conocer las principales categorías de humedades que afectan a las casas. En España, se reconocen principalmente tres tipos:
- Humedad por condensación: ocurre cuando el vapor de agua generado dentro del hogar —en duchas, cocinas o por falta de ventilación— se encuentra con superficies frías, como paredes y ventanas. De este fenómeno derivan la aparición de gotas de agua, moho y manchas oscuras en las esquinas o techos, afectando especialmente a inmuebles con mala circulación de aire o que son muy herméticos.
- Humedad por filtración: esta surge cuando el agua exterior penetra debido a deficiencias en impermeabilización, como grietas en fachadas, daños en cubiertas o aberraciones en la unión entre ventanas y muros. Se manifiesta en forma de manchas persistentes, pintura hinchada y caída de revestimientos.
- Humedad por capilaridad: ocurre cuando el suelo transmite humedad a los muros a través de sus poros, causando que el agua ascienda verticalmente por la pared. Es reconocible porque las manchas de humedad se originan desde la parte baja del muro hacia arriba, acompañadas de salitre y desconchados en la pintura.
Cada uno de estos orígenes exige una solución específica. Por ejemplo, mejorar la ventilación y controlar la temperatura para condensación, o intervenir estructuralmente en fachadas y cubiertas en casos de filtración. Sin embargo, dar con el tipo real de humedad sin realizar un diagnóstico minucioso es un gran reto.
La prueba del papel de aluminio, un método casero y fiable
El arquitecto español Máximo Caballero ha difundido en sus redes sociales una técnica simple, económica y eficaz, accesible para cualquier persona que quiera identificar el tipo de humedad en casa sin recurrir inmediatamente a técnicos o reformas costosas. El procedimiento consiste en pegar un trozo de papel de aluminio —llamado también papel albal— firmemente sobre la zona afectada con una cinta adhesiva, dejándolo adherido durante 48 horas consecutivas. A continuación, se observa dónde aparecen las gotas de agua en ese papel. Este gesto, muy sencillo, puede salvar a propietarios de realizar una inversión económica equivocada.
Según explica Caballero, si las gotas se forman en la superficie externa del papel de aluminio, significa que la pared está seca y la humedad procede del interior de la vivienda. Es decir, la causa principal es la condensación de vapor de agua dentro del hogar. En estos casos, la solución pasa por mejorar la ventilación de la vivienda, instalar extractores o deshumidificadores, y reforzar el aislamiento térmico. En cambio, si las gotas aparecen dentro del papel, detrás del aluminio, la humedad está penetrando desde el exterior, lo que indica un problema de filtración o capilaridad. Aquí, es necesario actuar sobre la impermeabilización, revisar cubiertas, sellar juntas y mejorar las fachadas para evitar que vuelva a entrar agua en el inmueble.