Con la calculadora en la mano y con todos los dardos preparados para lanzar contra «la falta de liderazgo del tripartito» y «la incapacidad de Armengol» y un Gobierno estatal «antibalear». Así prepara el Partido Popular su estrategia de cara a las próximas elecciones generales del 10 de noviembre para las que la formación arma su discurso en torno al temor de una nueva crisis económica. «Está claro que a los menorquines no les interesa un Gobierno del PSOE en Madrid porque es la antesala de una crisis económica» y agrega que «si hay crisis en España, los menorquines la sufrimos más».
El PP reunió este sábado a consellers, diputados, presidentes de juntas locales y portavoces municipales en Es Mercadal para analizar el inicio de curso y la estrategia a seguir en los próximos meses.
El discurso de la presidenta de la formación, Misericordia Sugrañes, no dejó títere con cabeza. Fue muy crítica con la gestión de los gobiernos de izquierdas actuales tanto de Menorca como del Govern y de España. Denunció «la falta de liderazgo del tripartito insular, que hasta ahora se ha plegado a los intereses de Mallorca sin rechistar y agachando la cabeza», sentenció. Recriminó a Susana Mora que eche mano de «frases chulas para el discurso de Sant Antoni» y luego tenga «la carretera paralizada durante cinco o seis años, no ponga en valor el Lazareto y no sea capaz de licitar el nuevo concurso del transporte público».
Asimismo, denunció un Gobierno de Pedro Sánchez «antibalear». Para el PP las tres reprobaciones en siete días del Parlament «por la falta de financiación, el ataque de Ábalos a nuestros derechos y por no pagar los daños de la torrentada» así lo demuestran, a lo que agrega «la falta de sensibilidad y respuestas ante los problemas energéticos» de Menorca.
Armengol tampoco salió nada bien parada de esta jornada ‘popular'. Sugrañes denunció oscurantismo con respecto a la tramitación de la Ley de Consells que «se está haciendo de espaldas a la sociedad y a los propios consells, lo que no anticipa nada bueno». Denunció falta de implicación del Govern -que es quien tiene los recursos- en cuestiones como la conectividad y la estacionalidad. Y se mostró preocupada por un papel de Armengol que apunta más «a la subordinación que a la coordinación».