Los milicianos prorrusos retomaron el martes las armas tras proclamar la independencia en dos regiones de Ucrania y tendieron una emboscada a las fuerzas gubernamentales en Donetsk (este), ataque en el que murieron siete militares. La emboscada, en la que también resultaron heridos ocho efectivos de la Guardia Nacional, uno de los cuales murió durante su traslado en un helicóptero, tuvo lugar cerca de la localidad de Kramatorsk, uno de los irreductibles bastiones prorrusos del este ucraniano.
Un columna de blindados de la 95 Brigada Aerotransportada del Ejército ucraniano fue atacada por sorpresa por una treintena de milicianos armados con lanzagranadas junto a la aldea de Oktiábrskoye, a unos 15 kilómetros de Kramatorsk.
«Las fuerzas de la autodefensa les cortaron el paso, destruyeron dos blindados, un tanque y un vehículo con pertrechos militares. El segundo vehículo se incendió y durante media hora estuvieron estallando cartuchos y proyectiles», relató un insurgente, relató un insurgente a la agencia oficial rusa Itar-Tass.
Dos blindados
Durante los combates, los rebeldes recibieron el apoyo de casi medio centenar de insurgentes que llegaron al lugar en autobús procedentes de Kramatorsk. Los sublevados prorrusos, que han decidido recurrir a las tácticas de la guerra de guerrillas, según Kiev, confirmaron haber inutilizado dos blindados y reconocieron únicamente una baja en sus filas.
El ministro de Defensa ucraniano, Mijaíl Koval, reconoció ayer que el Ejército tiene problemas para hacer frente a los insurgentes, debido a que estos atacan a las fuerzas gubernamentales desde edificios de viviendas.