La Policía belga ha activado un vasto dispositivo de seguridad y búsqueda tras los atentados en el aeropuerto de Bruselas y una estación de metro de la capital europea, para investigar los hechos y aclarar si podría haber cómplices de los terroristas que se hayan dado a la fuga.
La Fiscalía federal ha confirmado tres explosiones en total, dos en el aeropuerto y una en la estación de metro de Maelbeek, en el barrio europeo de Bruselas. Al menos una de las explosiones registradas en el aeropuerto parece haber sido obra de un «kamikaze», según la Fiscalía.
Poco después, la Fiscalía ha instado a la prensa a abstenerse de difundir información de la investigación judicial en curso, para evitar que la revelación de datos clave perjudique las pesquisas en marcha.
El ministro de Asuntos Exteriores, Didier Reynders, ha pedido en declaraciones a la prensa que los ciudadanos «se queden donde están», no sólo por las dificultades para trasladarse tras ser suspendido el tráfico de toda el transporte público, sino también por «temor» a que haya sospechosos.
El Centro de Crisis ha emitido varios mensajes llamando a la calma de la población y ha pedido «a todas las empresas de Bruselas que mantengan a sus empleados en el interior».
También ha informado de que los alumnos de todo el país «deben permanecer en el interior de los colegios», por ordenanza del Ministerio de Educación.
El barrio europeo en donde tienen sus sedes la Comisión Europea y el Parlamento Europeo está sometido a un fuerte dispositivo de seguridad, también hay perímetros de seguridad que impiden el paso en la calle de la Loi a la altura de la estación de metro golpeada por los atentados y también en la zona del Palacio Real, el Parlamento belga y la sede del Gobierno.
Está previsto que esta tarde se celebre un Consejo de Seguridad Nacional.