Creado con miles de mantas tejidas por todo el mundo y extendido sobre el patio de una cárcel de máxima seguridad cercana a Pretoria, Sudáfrica descubrió este martes un retrato de más de 7.000 metros cuadrados de Nelson Mandela, visible desde el espacio exterior, con motivo de su centenario.
Los presos del centro penitenciario Zonderwater, que por un día combinaron los pantalones naranjas del uniforme carcelario con camisetas del mítico expresidente sudafricano, fueron los encargados de destapar el rostro del icónico activista antiapartheid y Nobel de la Paz.
El retrato es tan grande que, a ras de suelo, es imposible distinguir la silueta de «Madiba» (como se conoce popularmente a Mandela en Sudáfrica), pues está compuesta por cuadros de tela en blanco y negro y encuadrada en los tonos multicolores de la bandera de Sudáfrica.
Para ver a Mandela hay que subirse a un helicóptero o apuntar al corazón de la nación austral africana con uno de los tres satélites que este martes tomaban imágenes especialmente para el evento.
Los presos no eran ajenos a la obra, considerada el retrato hecho con mantas más grande del mundo, sino que muchos de ellos participaron en su confección e incluso aprendieron a tejer lana específicamente para poder formar parte del proyecto.
«Me sentí inspirado (...). Tenía que hacer algo por mi comunidad, por la gente a la que perjudiqué. Ahora que he llegado a esta edad al menos puedo hacer algo para en devolución. Si algo he aprendido en la vida es que el amor no es amor hasta que no lo entregas», dijo a Efe Lucas, uno de los reclusos involucrados en el proyecto.
«Ya no soy la misma persona que era antes y soy libre. Puede que vista de naranja pero soy libre y este proyecto era mi oportunidad de devolver algo» a la sociedad, agregó.
Lucas, que lleva casi diez años encarcelado, tejió 35 mantas. Algunos de sus compañeros terminaron incluso más.
En la confección de los materiales, que se prolongó durante casi un año, participaron también desde alumnos de escuelas a ONG, pasando por personas ciegas y fundaciones de países de todo el mundo, como España, Estados Unidos o la India.
El proyecto es una iniciativa de la organización 67 Blankets (67 Mantas, dedicada a recabar estos objetos para donarlas a los más desfavorecidos) y cuenta también con el apoyo, entre otros, de la Fundación Nelson Mandela y del Ministerio de Justicia y Servicios Correccionales sudafricano.
«Es exactamente lo que 'Madiba' quería que fuéramos: estar unidos, trabajando juntos, haciendo algo por los menos afortunados, mostrar amabilidad, compasión, humanidad...», explicó a Efe Carolyn Steyn, fundadora de 67 Blankets e impulsora del proyecto.
«Él decía que una sociedad no debe juzgarse por cómo trata a sus miembros más destacados sino también a los de más abajo», citó Steyn.
Desde la Fundación Nelson Mandela, Yasser Godlo señaló a Efe que esta clase de iniciativas demuestran cómo incluso estando «tras los barrotes se puede contribuir a la comunidad».
«Muestra que todo el mundo puede tener una segunda oportunidad», recalcó Godlo, antes de recordar que los principios de Mandela son algo «global» y que hoy se celebraba especialmente el «derecho humano a participar e involucrarse».
El retrato se ha descubierto casi tres meses antes del 18 de julio, la fecha en la que el que fue el primer presidente negro de Sudáfrica (fallecido en 2013) hubiera cumplido cien años.
Para esa fecha Sudáfrica prepara numerosos homenajes, desde actividades culturales a conferencias con ponentes como el expresidente estadounidense Barack Obama.
El de hoy fue un tributo especial porque el primer presidente de la Sudáfrica democrática y multirracial pasó casi tres décadas de su vida en la cárcel, condenado por el aparato del Estado segregacionista blanco.
«Cuando me siento y me paro a pensar en alguien que salió de la cárcel, después de muchos años, para poner en práctica el amor, la paz... Eso es lo que yo quiero hacer en la vida», expresó Lucas.