El hispano-estadounidense Pablo Ibar, acusado de un triple asesinato cometido en Florida (EE.UU.) en 1994, ha sido declarado este sábado «culpable» de los seis cargos que pesaban en su contra.
El jurado alcanzó el veredicto unánime de culpabilidad en un tribunal de Fort Lauderdale (al norte de Miami), y lo entregó por escrito al juez encargado del caso, Dennis Bailey, que tendrá ahora que dictar sentencia contra Ibar, para el que la Fiscalía volvió a pedir la pena de muerte.
Ibar ha sido considerado culpable de los seis cargos que enfrentaba, tres de ellos por asesinato en primer grado, además de robo y robo a mano armada, por la muerte a tiros y por la espalda de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y de Sharon Anderson y Marie Rogers.
Poco antes de leer el veredicto, en un ambiente en el que se palpaban los nervios, el magistrado dijo que no quería ver ninguna «alteración» por la expresión de las emociones, a la vez que un agente policial se puso frente a la banca en la que se ubicaba la familia.
Mientras el juez iba leyendo el veredicto para cada uno de los cargos, Michael, el hermano de Ibar, manteniendo las lágrimas pasó el brazo por los hombros de Tanya, esposa del acusado, quien a su vez cerró los ojos y apretó los labios para contener la angustia y el dolor.
El padre, Cándido, sentado en un extremo de la banca, se cubrió el rostro con las manos durante la lectura de la sentencia a Ibar, que lleva casi 25 años preso, 16 de los cuales los pasó en el corredor de la muerte, y siempre se ha declarado inocente.
Los rostros de los abogados de la defensa, liderados por Benjamin Waxman, reflejaron visiblemente la decepción por este revés judicial.
Este cuarto juicio desveló puntos oscuros e «irregularidades» en el proceso, desde las contradicciones y negligencias en que incurrió el detective encargado de la investigación, Paul Manzella, hasta el borrado de dos cintas de vídeo de un club nocturno que se hallaban bajo custodia policial, tal como lo había denunció la defensa.
Waxman, profundamente afectado puesto que lleva el caso desde 2005, dijo a Efe que apelarán la sentencia, mientras que Joe Nascimiento, otro de los abogados, señaló por su parte que pedirán al juez que imponga cadena perpetua y no la pena de muerte.
Fuera de ya de la sala, la esposa se fundió en un abrazo con los familiares de Ibar, quienes rápidamente la arroparon, y luego abandonó los tribunales muy afectada, a la vez que muchos otros rompieron a llorar.
Aun tuvo fuerza de ánimo Cándido, el padre, para dirigirse a los medios y decir que el veredicto de culpabilidad «no se puede explicar, ni entender». «Esto no me lo esperaba. Juicio nulo si, pero esto no. ¡Guilty!», exclamó.