Alemania estudia iniciar la reapertura de la actividad económica, pese al estancamiento de la incidencia de la covid y los problemas en la campaña de vacunación, azuzada por la fatiga pandémica de la sociedad y las tensiones políticas.
El Gobierno federal y los 16 «Länder» negocian una segunda ronda de la desescalada, tras la tímida reapertura parcial de colegios (22 de febrero) y peluquerías (1 de marzo), que podría aprobarse en la reunión virtual que celebrará este miércoles la canciller alemana Angela Merkel con los líderes regionales.
El paso -con las demás restricciones prolongadas hasta el 28 de marzo- se produce en medio del aumento de las presiones políticas y económicas para iniciar la senda de la normalidad, pero sin que acompañen de forma concluyente los hechos en el frente sanitario.
Tras más de un mes con un descenso claro de los casos y de la ocupación de ucis, las cifras clave muestran en las últimas dos semanas un movimiento horizontal e incluso un suave incremento que ha llevado a algunos expertos a advertir que los contagios se pueden volver a disparar hasta fraguar una tercera ola por la propagación de las nuevas variantes más contagiosas.
Alemania anunció hoy 3.943 nuevos positivos en un día (un 10 % de los registrados en el pico de la segunda ola) y 358 muertes (un tercio de los máximos diarios). La incidencia acumulada a siete días se situó en los 65,4 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, tras rozar los 200 a finales de diciembre. El número de pacientes con covid-19 en ucis asciende a 2.869, cerca de la mitad del récord.
Pese al estancamiento y las advertencias, algunos estados federados, asociaciones empresariales y partidos de la oposición exigen iniciar la desescalada.
Muchos instan al empleo masivo de test rápidos para recuperar cierta normalidad, en línea con la promesa del ministro de Sanidad, Jens Spahn, de que serían gratuitos desde este mes.
La campaña de vacunación, el otro pilar sobre el que debería asentarse la desescalada, avanza con dificultad. Un total de 4.234.952 personas han recibido al menos una dosis (el 5,1 % de la población) y sólo 2.159.412 personas (un 2,6 %) las dos.
Estas tasas, en la media de la UE pero muy por detrás de las de EEUU, Reino Unido e Israel, se producen simultáneamente a las informaciones de dosis sobrantes de la vacuna de AstraZeneca al final del día en distintas ciudades alemanas, porque algunas personas de grupos prioritarios con cita rechazan inmunizarse con esa fórmula por dudar de su efectividad.
De hecho, la ciudad de Krefeld (noroeste) ha decidido saltarse la pauta nacional de grupos prioritarios y ofrecer estas dosis sobrantes a profesores y educadores. Otras estudian qué hacer con ellas para que no se echen a perder.
Hoja de ruta
El plan que están negociando el Gobierno central y los «Länder» es una hoja de ruta que fija temporalmente (con el 8 de marzo como fecha de referencia) el próximo paso en la desescalada, pero que establece además metas de incidencia acumulada para seguir eliminando restricciones.
Según publican varios medios de forma coincidente, el texto contempla que en los encuentros privados puedan volver a tomar parte hasta cinco personas de dos domicilios (sin contar a los menores de 14 años), cuando desde diciembre sólo era posible reuniones de miembros de un domicilio con un no conviviente.
Además, podrían volver a abrir -con limitaciones de aforo- librerías, floristerías y ferreterías en todo el país. Todos estos comercios cerraron en diciembre, cuando se decretó el cese temporal de la actividad no esencial.
El borrador de acuerdo establece, asimismo, la reapertura de otros negocios del sector servicios que implican contacto personal cercano, como las autoescuelas, aunque con medidas de seguridad y test negativos diarios.
Además, con una incidencia acumulada de 35, podrían reabrir con restricciones el comercio minorista, los museos y las galerías, los zoos y los jardines botánicos. La actividad deportiva no profesional podría retomarse también, aunque limitada a espacios abiertos y a un máximo de diez personas.
La negociación entre el Gobierno federal y los «Länder» está perfilando asimismo un «freno de emergencia» que permita revertir la desescalada de forma rápida y localizada si se dispara la incidencia local y supera, durante tres días consecutivos, cierto límite. No obstante, aún no se ha consensuado cuál va a ser ese valor crítico.