El primer ministro de Francia, Jean Castex, ha anunciado que el uso de mascarillas dejará de ser obligatorio en espacios abiertos a partir de este jueves, y que, a partir del domingo, ya no se aplicará el toque de queda, lo que supone adelantar unos cambios que estaban previstos inicialmente para el 1 de julio.
«Vamos a levantar la obligación general de llevar mascarillas en el exterior», ha confirmado Castex al término del Consejo de Ministros. De esta forma, sólo será siendo necesario llevarla «en ciertas circunstancias», lo que implica básicamente lugares concurridos o en los que no se pueda guardar una mínima distancia.
El primer ministro, que precisamente este miércoles había culminado su aislamiento por un contacto estrecho con un positivo por COVID-19, ha justificado la aceleración de los planes en que «la situación sanitaria mejora, más rápido de lo que se esperaba». En este sentido, ha considerado «particularmente positiva» la reducción de la presión hospitalaria.
Las autoridades sanitarias notificaron el martes algo más de 3.200 casos de COVID-19, ya lejos de los picos de marzo y abril. Francia acumula más de 5,7 millones de positivos y más de 84.000 víctimas mortales, según el Ministerio de Sanidad.