El gabinete del presidente peruano Pedro Castillo conformado apenas hace tres días recibía el viernes una ola de críticas por acusaciones de violencia familiar contra el primer ministro, cuya permanencia está en riesgo en medio de una nueva crisis que afecta al mandatario a medio año de que asumió el poder. La oposición, grupos de derechos humanos, feministas, indígenas y hasta el propio partido oficialista reclaman la remoción del primer ministro Héctor Valer, quien niega haber golpeado a su hija y a su difunta esposa como consta en denuncias policiales que se conocieron esta semana.
Movimientos defensores de las mujeres planean realizar más tarde el viernes una marcha de protesta en el centro de Lima con el lema «Fuera gabinete corrupto y machista», pese al estado de emergencia -que suspende los derechos civiles- que decretó esta semana el gobierno en busca de fortalecer la lucha contra la delincuencia con el apoyo de las fuerzas armadas. «Este en un gobierno antimujeres», dijo la exministra de la Mujer Ana Jara a la radio local RPP antes de criticar la conformación del nuevo gabinete de Castillo, que cambió a casi la mitad de su equipo de ministros. Las criticas no sólo se han dirigido a Valer, sino también a otros funcionarios como el ministro de Ambiente, Wilber Supo, un profesor de geografía sin experiencia en temas medioambientales y militante del partido marxista Perú Libre que llevó al poder a Castillo.
El ingreso de Supo se produce mientras el gobierno encara el peor desastre ecológico de Perú en años por el derrame de más de 10.000 barriles de petróleo en el mar de la española Repsol, que ha afectado la fauna costera y kilómetros de playas en Lima. «Por favor busquen los mejores cuadros, los peruanos queremos paz», invocó al Gobierno el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, en declaraciones a periodistas. «Esto afectará mucho al presidente si no toma las medidas correctivas». Mujeres de ocho partidos en el Congreso hicieron pública una carta dirigida a Castillo, en la que pidieron «la inmediata destitución» de Valer y anunciaron que no darán su voto de respaldo al nuevo gabinete del Gobierno. Desde el Congreso, dominado por partidos de oposición de centro y derecha, varios legisladores han manifestado que no otorgarán el «voto de confianza» al gabinete. Si Valer no obtiene el visto bueno del Congreso, Castillo tendrá que nombrar un nuevo equipo.
En caso de un segundo rechazo, la Constitución peruana permite que el presidente cierre el Congreso y convoque a nuevas elecciones legislativas. Valer sugirió el jueves que Castillo podría usar ese recurso para salvar su permanencia en el poder. El mandatario se salvó el diciembre de un intento de destitución. En tanto, la moneda peruana cedía un 0,31%, aunque el referencial de la Bolsa de Lima subía un 0,62%.