En Rusia la libertad de prensa brilla por su ausencia, sobre todo con la actual guerra en Ucrania. Esta semana el Gobierno de Putin ha endurecido las restricciones a los medios de comunicación. Entre otras cuestiones, ha impuesto entre 5 y 10 años de cárcel a todos los medios y periodistas que difundan «informaciones falsas» que considere el gobierno ruso.
Una de las primeras víctimas de las nuevas sanciones ha sido el canal de televisión ruso Dozhd. Esta televisión mantenía su compromiso en pro de la paz en Ucrania y ha sido criminalizada por el Kremlin, que la ha tachado como medio de «agente extranjero». Rusia les acusa de difundir noticias falsas sobre la guerra y les ha obligado a cerrar. Estos son los últimos minutos de emisión de esta televisión rusa independiente y, ya, inexistente, en los que periodistas y presentadores han lanzado un último mensaje a sus espectadores.
Tras la emotiva despedida, han dejado en emisión la película El Lago de Los Cisnes. Un mensaje cargado de simbolismo. Y es que en 1991, la televisión rusa emitió esta misma película para tratar de ignorar los violentos disturbios que se estaban produciendo durante la caída de la Unión Soviética. Los principales editores del canal de televisión Dozhd han abandonado el país por «motivos de seguridad». Temen represalias por haber defendido la libertad de prensa.
En cuanto a los medios de comunicación españoles que cubren sobre el terreno el conflicto, la Agencia EFE y RTVE han optado por marcharse temporalmente de Rusia. Una decisión que han adoptado otros medios extranjeros, como la BBC, la CMNN, BS o Boomerang. A partir de ahora, se limitarán a informar desde suelo Ucraniano. Una situación tampoco nada fácil, entre bombardeos y descontrol.