La reina Isabel II ha aparecido este martes en público por primera vez en cinco meses para asistir a una misa homenaje a su marido, el príncipe Felipe, que falleció el año pasado a los 99 años. El servicio, para conmemorar los años de servicio público y la «larga vida vivida al máximo» del duque de Edimburgo tiene lugar en la Abadía de Westminster y entre los invitados destacan miembros de otras familias reales, como los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y miembros del Gobierno británico, además de familiares de Felipe.
La reina Isabel II se ha desplazado hasta la abadía desde el Castillo de Windsor y acompañada de su hijo Andrés, el duque de York, según ha recogido la BBC. También es la primera aparición pública de Andrés desde que firmó un acuerdo extrajudicial con la mujer que le acusó en Estados Unidos de haber abusado de ella cuando aún era menor de edad. Isabel II, de 95 años, ha pasado unos meses turbulentos en términos de salud.
Ha tenido problemas con su movilidad y no pudo asistir al servicio religioso por el Día de la Commonwealth a principios de este mes. También dio positivo por COVID-19 en febrero, infección que causó preocupación, dada su avanzada edad y el bache por el que pasó su salud a finales del año pasado, cuando pasó una noche ingresada en el hospital.