El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha culpado este martes a Rusia de poner al mundo «al borde de la catástrofe» al ocupar Chernóbil, tras una reunión con el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi. «Para los militares rusos, la zona de Chernóbil y la estación eran un territorio supuestamente normal para las hostilidades. Un territorio en el que ni siquiera intentaron cuidar la seguridad nuclear», ha señalado Zelenski.
«Ningún otro país del mundo desde 1986 ha supuesto una amenaza tan importante para la seguridad nuclear, para Europa y para el mundo, como la que ha supuesto Rusia desde el 24 de febrero. Rusia mantuvo un contingente en la zona de Chernóbil con vehículos blindados, que destruyeron la superficie del suelo y levantaron una extraordinaria cantidad de polvo en el aire, incluidas partículas radiactivas», ha agregado el mandatario en un comunicado de la Presidencia de Ucrania.
Asimismo, Zelenski ha indicado que el mundo debe poner fin «al chantaje nuclear de Rusia» y restablecer los principios fundamentales de la seguridad nuclear y el uso pacífico de la energía nuclear. «También tenemos que trabajar juntos para abordar una serie de cuestiones críticas que se han debatido hoy. Se trata de privar a Rusia de una representación desproporcionada en el OIEA. Estoy convencido de que nuestro Estado tiene derecho a estar representado en la Junta de Gobernadores del OIEA», ha matizado Zelenski.
Por su parte, Grossi ha descartado que pueda tener lugar un «desastre» en Chernóbil como el de 1986, después de haber sido escenario de combates en el marco de la invasión rusa de Ucrania, y ha precisado que la situación nuclear es «normal». En el 36 aniversario de la catástrofe, Grossi ha visitado la central nuclear de Chernóbil, donde ha agradecido a los empleados de la central su trabajo, valor y profesionalidad. «Hoy hemos acordado prestar asistencia y realizar trabajos especiales para restablecer la capacidad de las infraestructuras dañadas», ha dicho.
Chernóbil permaneció durante cinco semanas --hasta finales de marzo-- bajo control de las Fuerzas Armadas rusas. Hasta ahora, «se ha evitado el peor escenario», pero Grossi ha llamado a no dar nada por sentado y a evitar a toda costa un desastre como el que ya vivió Chernóbil en 1986, por las repercusiones que tendría no sólo para la seguridad de Ucrania sino también para la de otros países vecinos. En el caso de la antigua central de Chernóbil, llegó a estar desconectada de la red eléctrica y a quedarse sin comunicación con el exterior, mientras se temía también por la integridad de sus trabajadores.
La salida de las tropas rusas permitió a Ucrania organizar la primera rotación de plantilla en tres semanas y esta misma semana se han restablecido las comunicaciones directas entre la planta y la agencia nuclear ucraniana, tras un mes interrumpidas. Entre los retos pendientes figura, sin embargo, el acceso a la propia zona, ya que hay puentes destruidos y parte del terreno estaría minado.