Un conflicto congelado es eses que sale del foco cada cierto tiempo para volver, recrudecerse, días, meses o años después y que todo se vuelva a tambalear. Eso es, para muchos expertos, lo que quiere hacer Putin en Ucrania. Ya no es selectivo, sino que el líder ruso quiere lanzar la "ofensiva total" sobre el este del país para tomar el control definitivo del Donbás. Ucrania, mientras, sigue sumida en la destrucción mientras los ataques se suceden en Járkov, Donetsk o Lugansk y Mariúpol es una ciudad zombie de la que tienen que salir los miles de civiles que están parapetados en la central de Azovstal.
Precisamente la siderúrgica es el símbolo al mismo tiempo de la resistencia ucraniana y de la crueldad rusa. Eso sí, Moscú asegura que este domingo se han comenzado a evacuar, llegando a medio centenar. "Dos grupos de civiles de 25 y 21 personas, respectivamente, han abandonado los edificios residenciales adyacentes al territorio de la planta metalúrgica a lo largo del corredor humanitario del 30 de abril", ha hecho saber el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. Kiev, por su parte, estima que entre 1.500 y 2.000 personas están refugiadas dentro de la planta y los bloques residenciales que la rodean. Según Ucrania, son unos veinte los civiles que han conseguido salir de la zona de conflicto, todos ellos trasladados a Zaporiyia, desde el principio del protocolo de evacuación, que comenzó el sábado.
La guerra va girando, si no lo ha hecho ya, hacia el Donbás, considerado el centro de una cronificación del conflicto. La invasión rusa de Ucrania podría durar meses o incluso años, pero Kiev se prepara para resistir. En ese marco, el presidente Volodimir Zelenski ha recibido este domingo en la capital a la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi. Es una muestra más del respaldo estadounidense al aguante ucraniano frente a Putin. "Estados Unidos es un líder en los esfuerzos de apoyo a Ucrania en la lucha contra la agresión rusa. ¡Gracias por ayudar a proteger la soberanía y la integridad territorial de nuestro estado!", escribió Zelenski, mientras que Pelosi recordó que la causa de Ucrania "es la causa de todos".
Este movimiento, además, coincide con una nueva llamada entre el ministro de Defensa ucraniano, Dmitro Kuleba, y el secretario de Estado de EE UU, Anthony Blinken, en la que este último le reiteró el apoyo del Gobierno de Biden, como se demuestra con el reciente envío de armamento y material militar por valor de más de 700 millones de euros. Además, las fuerzas estadounidenses van a comenzar a entrenar a las tropas ucranianas para el uso de este arsenal.
Y es que el desastre no cesa y Rusia, sin esfuerzos diplomáticos cercanos, no cede. Naciones Unidas estima unos 2.900 civiles muertos y más de 3.200 heridos desde el comienzo de la invasión. Asimismo, la ONU detalla aproximadamente 210 niños fallecidos y 309 heridos desde el principio de la guerra. Moscú, por su parte, cifra en al menos 18.849 civiles, entre los que hay 2.359 niños, los evacuados el sábado hacia Rusia desde las regiones de Donetsk y Lugansk. Ucrania no habla de evacuaciones, sino de 'secuestros', porque se trata, dice Kiev, de desplazamientos forzosos para acabar en "campos de concentración".
Las nuevas sanciones de la UE, más cerca
En otro frente, la Unión Europea se prepara para una semana decisiva: está previsto que en los próximos días se cierre el acuerdo para vetar la importación de petróleo ruso. Esto estaría incluido en el sexto paquete de sanciones aprobado por los Estados miembros, una vez que Alemania ha terminado de ceder y ni Austria ni Hungría parecen tener fuerza suficiente para romper el consenso. La decisión llega después de que Rusia cerrase el grifo del gas a Polonia y a Bulgaria por negarse a pagar en rublos, como pide Putin. El conjunto de nuevas medidas de la UE podría incluir también un bloqueo al mayor banco ruso, el Sberbank. El siguiente capítulo, el más complicado, sería ya la prohibición de comprar gas, algo todavía lejano pero que en palabras del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, "llegará tarde o temprano".
La tensión, con todo, escala. Las Fuerzas Armadas de Suecia denunciaron este sábado que un avión ruso realizó el viernes por la noche una incursión en sus cielos en la provincia de Blekinge en lo que sería una violación de su espacio aéreo, según informó el Gobierno sueco. "El avión se ubicó al este de Bornholm y luego voló hacia territorio sueco. Durante un breve período, el avión violó el espacio aéreo sueco y luego abandonó la zona. La preparación sueca para incidentes siguió todo el proceso y fotografió el incidente", añadieron.