El Gobierno escocés confirmó este martes el 19 de octubre de 2023 como fecha para la celebración de un «referéndum consultivo» sobre la independencia de Escocia del Reino Unido, que tendrá que ser «legal y constitucional», declaró la jefa del Ejecutivo autonómico, Nicola Sturgeon. Bajo los parámetros de la legalidad y el respeto a la democracia, Sturgeon detalló ante el Parlamento escocés el plan de su gobierno para celebrar un referéndum dentro de menos de 16 meses. «El referéndum tiene que ser legal; si no, la independencia no tendría efecto» dijo la ministra principal escocesa, para quien, de lo contrario, «el resultado no será reconocido por la comunidad internacional». «Este Parlamento tiene un mandato claro y democrático para ofrecer a Escocia esa opción», señaló Sturgeon en su discurso, en referencia al resultado de las últimas elecciones regionales, que proporcionó un legislativo mayoritariamente independentista.
«Sin embargo, el Gobierno británico rechaza respetar la democracia escocesa», prosiguió ante la cámara regional en su discurso, con el que llamó al Ejecutivo central a «sentarse y negociar» los términos, y confirmó que ha enviado una carta al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, para ello. La relación de ambos parlamentos data de hace más de 300 años, bajo la unificación de los mismos con el reinado de Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra en 1707. Según el marco legal actual, contemplado en el Acta de Escocia (1998), cualquier legislación sobre el futuro de la Unión debe contar con el beneplácito del Gobierno central, ya que las competencias del Parlamento escocés excluyen los asuntos constitucionales del Reino Unido. El Gobierno escocés publicó en paralelo la ley para el referéndum, con un total de cinco páginas, que ambiciona celebrar el 19 de octubre de 2023. La legislación, que todavía no ha sido presentada en la Cámara regional, establece que la pregunta será consultiva, como el anterior en 2014 y el Brexit en 2016, por lo que necesitará del acuerdo de ambas administraciones para la implementación del resultado.
«Un resultado positivo no terminaría con el Reino Unido», clarificó la ministra principal Sturgeon La pregunta, como en el plebiscito anterior en septiembre de 2014 en el que la opción por la permanencia se impuso (55 % por 45 %), será: «¿Debería ser Escocia un país independiente?» A día de hoy los sondeos muestran una sociedad dividida, con un empate técnico (50-50) entre partidarios de la secesión y la permanencia, según la casa Ipsos Mori. El apetito social por celebrar un nuevo referéndum en la fecha señalada por Sturgeon llega sólo al 32 % del electorado, mientras que la mitad del mismo sí estaría a favor de celebrarlo antes de concluir la legislatura, según la misma encuesta. NEGATIVA DESDE LONDRES En su discurso, Sturgeon hizo referencia al mantenimiento de la posición negativa por parte del Gobierno británico. Londres replicó de inmediato que «no es el momento de hablar de un referéndum», según afirmó un portavoz en nombre del primer ministro británico. La posición del Ejecutivo central «se mantiene inalterada», aunque el portavoz agregó que estudiarán «con cuidado los detalles» de la propuesta del Gobierno escocés.
«La prioridad tanto de nuestro Gobierno como del escocés debería ser trabajar juntos, sin desviar la atención, en las cuestiones que sabemos que preocupan en todo el país», añadió Downing Street. Ante la probable negativa a la petición, Sturgeon considera «inevitable» que la cuestión acabe en manos de la Justicia, por lo que la última palabra la tendrían los jueces. «Acepto que sea así. He dejado claro durante todo este proceso que este Gobierno respeta la legalidad», recalcó Sturgeon. La ministra principal, además, anunció que ha pedido a la fiscal general de Escocia, Dorothy Bain, dirigirse al Tribunal Supremo con el objetivo de «tener claridad lo antes posible» sobre qué partes estarían fuera de sus competencias. Si persiste la imposibilidad legal para que el Parlamento «pueda dar a la sociedad escocesa voz» y si el «Gobierno británico continúa negando esa posibilidad», Sturgeon anunció la intención de utilizarlas próximas generales, previstas para 2025, como plebiscitarias.