La Comisión Europea revisó este jueves 1,8 puntos al alza su previsión de inflación media para España en 2022, hasta el 8,1 %, por el persistente aumento de los precios de la energía, pero mantuvo su proyección de crecimiento del PIB en el 4 %, la misma cota que en sus estimaciones de mayo. Para 2023, sin embargo, Bruselas recortó al 2,1 % la expansión del PIB español, 1,3 puntos menos de lo anticipado en primavera, por el impacto de la subida de precios sobre el consumo de los hogares.
Si bien la inflación se moderará en ese ejercicio hasta el 3,4 %, esta cota está también por encima del 1,8 % proyectado en mayo, según las Previsiones Macroeconómicas de verano publicadas ayer por el Ejecutivo comunitario. El menor crecimiento y el aumento de la inflación es la tónica en toda la eurozona, para la que Bruselas dibuja una perspectiva sombría por el impacto de la guerra en Ucrania, que está empujando al alza los precios de la energía y las materias primas, mermando el poder adquisitivo de los hogares y llevando a los bancos centrales a endurecer la política monetaria más rápido de lo previsto. La inflación media de la eurozona se disparará a máximos históricos, del 7,6 % este año y del 4 % el próximo, y el crecimiento se ralentizará al 4 % y al 2,1 %, respectivamente, por debajo de lo anticipado en mayo, pero el Ejecutivo comunitario descarta por ahora una recesión.
Lastre al consumo
En España, «la actividad económica este año se verá apoyada por la vuelta del turismo a niveles prepandemia y una implementación más rápida de las inversiones del Plan de Recuperación y Resiliencia», explicó el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni. Pero «hacia finales de año y en 2023 se prevé que la actividad económica se ralentice», añadió. La rebaja de la previsión de crecimiento para 2023 se explica precisamente por «el impacto más pronunciado de la inflación sobre el poder adquisitivo de los hogares», especialmente a principios de año y «en un contexto de aumentos limitados de salarios». Bruselas espera que el impacto sobre el consumo privado se vea «parcialmente amortiguado» por los ahorros acumulados en pandemia, la resiliencia del mercado laboral y la indexación de las pensiones, mientras los fondos de recuperación serán el principal impulso de la demanda. Por otra parte, la CE tiene previsto sugerir a los países que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo de gas de empresas como parte de las medidas de la UE para prepararse para un invierno marcado por una probable decisión de Rusia de cortar el suministro al bloque.