Rusia está quemando cerca de 10 millones de euros al día del gas que podría enviar a Europa a través del gasoducto Nord Stream 1, según revela un informe de la consultora Rystad Energy. Imágenes de satélite de la central de gas natural de Portovaya, cerca de la frontera rusa con Finlandia, muestran altos niveles de calor desde el 11 de julio que, según los expertos, son la huella de esa quema de hidrocarburos. La situación ha salido a la luz después de que ciudadanos finlandeses comenzaran a vislumbrar hace algunas semanas grandes llamaradas en el horizonte, detalla la consultora, que alerta de que la quema representa un «desastre ambiental», al emitir cerca de 9.000 toneladas de CO2 a la atmósfera cada día.
«El volumen exacto de combustión es difícil de cuantificar, pero se cree que se sitúa en torno a 4,34 millones de metros cúbicos (de gas) por día», señaló hoy a Efe Sindre Knutsson, analista jefe de Mercados de Gas de Rystad Energy. Los expertos admiten la posibilidad de que la quema de gas esté «ligada a pruebas preoperacionales en Prtovaya», pero subrayan que sus hallazgos «llevan a muchas preguntas acerca de las intenciones de Rusia», dado que este escenario coincide con una caída del 77 % de las exportaciones de gas ruso hacia Europa en los 12 meses previos a agosto, lo que equivale al 20 % de la demanda de la Unión Europea (UE).
«Si bien las razones exactas de la quema son desconocidas, el volumen, las emisiones y la localización de la llamarada son un recordatorio visible del dominio de Rusia sobre los mercados energéticos de Europa», declaró Knutsson. La caída del suministro y el temor a cortes aún mayores este invierno ha llevado a Bruselas a urgir a los 27 países miembros a recortar hasta un 15 % el consumo de gas hasta marzo de 2023 para tratar de asegurar que las reservas serán suficientes. La planta de Portovaya es una instalación de licuefacción que está siendo construida por Gazprom al noroeste de San Petesburgo. Antes de la invasión rusa de Ucrania, su finalidad iba a ser exportar hacia Europa el exceso de gas ruso. «Las llamaradas en Portovaya comenzaron el 11 de julio de 2022, la fecha en la que Gazprom inició el mantenimiento del Nord Stream 1, y han continuado a pesar de que las operaciones se reanudaron parcialmente el 21 de julio», indica el informe.