La economía de la zona euro se enfrenta a una ralentización tras el fuerte rebote del crecimiento experimentado, que incluso podría llegar a convertirse en una «recesión moderada», pero lejos de un escenario de crisis como el de 2008, según ha señalado el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), el irlandés Philip Lane. «Todos los análisis apuntan a una ralentización de la economía», ha reconocido Lane durante una entrevista con RTVE, donde ha subrayado que si llegaran a registrarse «algunas semanas de recesión, eso no debería dramatizarse demasiado», ya que, en su opinión, lo que no se espera «son unas circunstancias como las de 2008».
De este modo, Lane ha recordado que, en comparación con la situación durante la pandemia hace dos años, la eurozona ha tenido una recuperación muy significativa, por lo que una ralentización ahora de la economía «es distinto a entrar en una fase de pesimismo». En este sentido, el economista irlandés ha defendido que, a diferencia de lo ocurrido durante la crisis que desembocó en la Gran Recesión, el sistema bancario de la eurozona en general «está en buena forma», algo que ha extendido a los hogares y las empresas, mucho menos endeudados que entonces.
«No vemos los ingredientes para una recesión larga. El marco será más de una ralentización, que puede implicar una recesión moderada», ha añadido, apuntando que espera una estabilización de la economía con ritmos de crecimiento normales. Asimismo, Lane ha explicado que esta desaceleración del ritmo de expansión de la zona euro tras el fuerte rebote experimentado a medida que se levantaron las restricciones por la pandemia servirá a su vez de freno de las presiones inflacionistas, que seguirán alimentadas, por contra, por la incertidumbre relacionada con la guerra de Ucrania y la escalada de los precios de la energía.
«El precio del gas ha seguido subiendo y eso incide de forma importante. Por otro lado, anticipamos que en la segunda mitad del año habrá cierta reducción en el nivel de la demanda, ya que la ralentización ayuda a reducir las presiones inflacionistas», ha expuesto. De este modo, tal y como señaló este lunes durante una conferencia en Barcelona, Lane ha defendido la importancia de que el banco central cuente con una estrategia de normalización de los tipos de interés a lo largo del tiempo. «Paso a paso y no de golpe, para que las familias, empresas y el sistema financiero puedan ajustarse», ha apuntado.
En su intervención, el economista jefe del BCE anunció que la próxima reunión de septiembre del Consejo de Gobierno de la institución «será el comienzo de una nueva etapa» en la normalización de la política monetaria de la zona euro con un enfoque «reunión por reunión» en la fijación de los tipos de interés. En este sentido, el economista irlandés defendió la importancia de «un ritmo constante, que no sea ni demasiado lento ni demasiado rápido», en la normalización de la política monetaria.
En particular, consideró menos probable que la misma subida de tipos acumulada genere más efectos adversos para la estabilidad de precios si se implementa en la forma de «una serie calibrada de varios pasos en lugar de un número menor de mayores incrementos de tasas». Asimismo, Lane apuntó que una ruta de ajuste de varios pasos hacia la tasa terminal de interés también facilita la realización de correcciones a mitad de camino si las circunstancias cambian.