El presidente ruso, Vladímir Putin, ha ratificado este miércoles que Rusia está dispuesta a cumplir sus contratos pero no suministrará ni gas, ni petróleo, ni carbón en detrimento de sus intereses, ante las propuestas del G7 y de la Unión Europea de poner un tope a los precios del crudo y gas rusos. «Existen compromisos establecidos en los contratos de suministro. Y si se toma algún tipo de medida política que contradiga los contratos, simplemente no los cumpliremos», dijo en el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok, capital del lejano oriente ruso.
Putin recalcó que Rusia no suministrará «absolutamente nada si esto contradice nuestros intereses, en este caso económicos, no suministraremos ni gas, ni petróleo, ni carbón». El G7 ha planteado la posibilidad de permitir el transporte del petróleo ruso y sus derivados a nivel mundial solo si los productos se venden por debajo de un precio tope, algo que Moscú ha rechazado categóricamente. Esta propuesta trata de cortar la financiación de la campaña militar rusa en Ucrania en momentos en que la Unión Europea ha adquirido el 54 % de todos los combustibles fósiles exportados por Rusia desde fines de febrero por un valor de 85.100 millones de dólares.
Aunque no hay cifras oficiales disponibles, se estima que Rusia ha invertido alrededor de 100.000 millones de euros en financiar la guerra contra Ucrania, por lo que los ingresos procedentes de la exportación de combustibles se han convertido en «el factor clave» que hace posible la campaña militar rusa.
Por otra parte, el mandatario ha subrayado que Moscú «no ha perdido ni perderá nada» por su ofensiva militar contra Ucrania y ha defendido que la guerra ha derivado en «un fortalecimiento de la soberanía» de Rusia. «Creo que no hemos perdido nada y no perderemos nada. Desde el punto de vista de las adquisiciones, puedo decir que la principal es el fortalecimiento de nuestra soberanía, que es el resultado inevitable de lo que está pasando», ha argüido, según ha recogido la agencia rusa de noticias TASS.
Asimismo, Putin ha reiterado que Rusia «no inició nada en términos de operaciones militares» y que Moscú «sólo está intentando que terminen». «Las hostilidades empezaron en 2014 tras el golpe de Estado en Ucrania por parte de los que no quieren un desarrollo normal y pacífico y buscaban reprimir a su propio pueblo», ha apuntado. Por ello, el mandatario ruso ha hecho hincapié en que el objetivo de Moscú es «ayudar a la gente que vive en el Donbás».
«Es nuestro deber y lo cumpliremos hasta el final», ha indicado, antes de sostener que las acusaciones contra Rusia por violaciones del Derecho Internacional son «absolutamente falsas». Putin ha señalado además que «está teniendo lugar una cierta polarización a nivel mundial y a nivel nacional». «Creo que esto sólo puede ser beneficioso, ya que todo lo innecesario, dañino y que evita que avancemos será rechazado. Ganaremos impulso y ritmo en el desarrollo», ha apostillado el presidente ruso.