Al menos 130 personas han muerto y más de 2,4 millones se han visto damnificadas por el paso de la tormenta tropical 'Nalgae' por Filipinas, que ha provocado graves inundaciones y corrimientos de tierra. Por provincias, la de Maguindanao ha sido la más afectada, ya que a esta región del sur corresponden al menos 61 víctimas mortales. Además, más de cien viviendas han quedado destruidas por el temporal, según la agencia nacional de desastres. En todo el país, hay más de una treintena de personas desaparecidas, 16 de ellas en Maguindanao.
Las autoridades han reconocido que, a estas alturas, es poco probable encontrar a algún superviviente en las zonas que más daños han sufrido desde que 'Nalgae' tocó tierra el sábado. El presidente, Ferdinand Marcos Jr., ha examinado este martes desde el aire algunas de las zonas anegadas y ha llamado a reforzar las iniciativas de control para prepararse ante futuras emergencias, en un contexto marcado por el cambio climático.
En este sentido, ha señalado que la mayoría de las áreas montañosas han sufrido deforestación, lo que contribuye indirectamente a los deslaves y las inundaciones. «Tenemos que incluir la plantación de árboles en nuestras medidas de control», ha planteado. 'Nalgae' ya se ha ido, pero Filipinas se prepara ahora para un nuevo temporal que entrará por la costa este y que provocará más lluvias, si bien los meteorólogos prevén que este segundo fenómeno, 'Banyan', se degrade a depresión tropical. El archipiélago sufre cada año una media de 20 ciclones tropicales.