Un caza MiG-31 de las Fuerzas Aéreas de Rusia se estrelló en la región de Primorie, en el extremo oriente del país, y su dos pilotos consiguieron catapultarse del aparato, informó el distrito militar Oriente. El accidente se produjo durante un vuelo de instrucción sin armamento, según el comunicado castrense.
«El avión cayó en un despoblado, sin causar destrucciones en tierra. Según datos preliminares, la causa del siniestro pudo ser un desperfecto técnico», añadió la nota de prensa, que no precisó el estado de los pilotos. El MiG-31, modificación del MiG-25, con un coste unitario de hasta 60 millones dólares, es un interceptor biplaza diseñado por la casa Mikoyán que comenzó a fabricarse a finales de los años 70 en la Unión Soviética.