El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha reconocido que el fin de la guerra «requerirá algo de tiempo» pues lograr sus objetivos en Ucrania «no será fácil», y ha asumido que se deberán llevar a cabo «negociaciones». En el marco de una rueda de prensa en la capital de Kirguistán, Biskek, Putin ha advertido de que las partes deberán aceptar las «realidades» que se dan en territorio ucraniano, tal y como recoge la agencia rusa de noticias TASS. El mandatario ruso ha dejado así entrever que Moscú ya no solo reclama la soberanía sobre Crimea, sino que se amparará en los resultados de los referéndum celebrados en septiembre en las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, para reclamar su control sobre estos territorios.
Sin embargo, Rusia no controla totalmente estas regiones, especialmente la de Jersón, donde Ucrania ha logrado notables avances. Moscú también se enfrenta a la comunidad internacional, que no ha reconocido en ningún momento la legitimidad de los mencionados plebiscitos de adhesión. Asimismo, Putin ha advertido de que Rusia debe ser consciente de con quién está negociando, pues la «confianza» en Ucrania y gran parte de la comunidad internacional está a día de hoy «casi a cero». «He dicho muchas veces que estamos listos para los acuerdos, estamos abiertos, pero esto nos hace pensar con quién estamos tratando», ha dicho
El mandatario ha aprovechado la ocasión para anunciar que Rusia podría valorar la posibilidad de «adoptar» la estrategia de seguridad de Estados Unidos, que contempla tanto los «ataques preventivos» como los de Junto a esta modalidad de ataques, el mandatario ruso ha recordado que Moscú podría retomar el«desarme». uso de misiles de crucero, un tipo de proyectiles que Rusia abandonó hace un tiempo pero de los que ahora vuelve a disponer y son «mas modernos e incluso más eficientes» que los de Estados Unidos. Putin ha explicado que el protocolo ruso apunta a una «respuesta de contraataque», de tal modo que cuando los sistemas de alerta advierten de la llegada de misiles, ya hay «cientos» de proyectiles en el aire camino a territorio ruso. Así, el mandatario ha abogado por cambiar la estrategia hacia la de «ataques preventivos».
Por otro lado, el mandatario ruso ha descartado la posibilidad de decretar una nueva movilización parcial como la de finales de septiembre, en el marco de la cual Rusia reclutó a un total de 300.000 ciudadanos para unirse a las filas en Ucrania. Así, Putin ha aseverado que a día de hoy «no existen las condiciones» para una nueva movilización, y ha detallado que unas 150.000 de las tropas reclutadas con el anterior decreto se encuentran en territorio ucraniano, si bien solo la mitad están en primera línea de combate. De los 150.000 reclutas restantes, el presidente Putin ha informado de que se encuentran en «campos de entrenamiento», confirmando así que la Fuerzas Armadas de Rusia cuentan con una suerte de «reserva de combate».
Finalmente, el líder ruso ha confirmado que la «operación militar especial» en Ucrania sigue adelante con normalidad y bajo los planes previstos por Moscú. «Todo está estable para nosotros, no hay cuestiones ni problemas», ha dicho. «El Ministerio de Defensa se comporta de manera bastante transparente, todo lo que sucede en las realidades sobre el terreno se refleja en los informes diarios (...) Todo es realmente objetivo», ha zanjado el presidente Putin.