La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) comenzó a operar oficialmente este lunes los cuatro primeros cazas de combate Gripen del total de 36 que le encomendó al fabricante sueco SAAB para modernizar su flota aérea. El inicio de las actividades operacionales de los F-39, como los Gripen fueron bautizados en Brasil, tuvo lugar en la base aérea de Anápolis, una de las principales del país, próxima a Brasilia, en una ceremonia que contó con la participación del comando de la Fuerza Aérea y de los principales ejecutivos de SAAB.
Las cuatro aeronaves, de entre las cinco que Brasil ya recibió, han realizado vuelos de prueba desde hace semanas, pero solo ahora comenzarán a ser usadas en operaciones de vigilancia y defensa. El comandante de la FAB, teniente brigadier Carlos de Almeida Baptista Júnior, dijo que el inicio de operaciones de los Gripen es «un hito» para la aeronáutica brasileña, resaltando que estos cazas aportan «capacidades operacionales que Brasil nunca tuvo».
De acuerdo con la Fuerza Aérea, los Gripen figuran entre los modelos de caza con capacidad tecnológica más avanzada en el mundo y se destacan por su eficacia, elevada disponibilidad y bajo costo de operación. Los F-39, que integrarán la flota del Primer Grupo de Defensa Aérea de la FAB, con base en Anápolis, constituyen una nueva versión del cazabombardero Gripen de SAAB y fueron desarrollados en conjunto por ingenieros de la empresa sueca y de la brasileña Embraer. Brasil encargó en total 36 cazas, de ellos 28 monoplazas y 8 biplazas, en un contrato por 5.400 millones de dólares suscrito en 2013, que contempla que los cazas serán entregados hasta 2017.
El primer lote de 19 cazas está siendo fabricado en Suecia y los 17 restantes serán producidos en las plantas en Brasil de Embraer, el tercer mayor fabricante de aviones del mundo y principal beneficiario del acuerdo de transferencia de tecnología que SAAB firmó con el Gobierno brasileño.
Los Gripen, aviones con 14 metros de largo y 8,6 metros de envergadura, alcanzan velocidades de hasta 2.400 kilómetros de altura, pueden volar hasta 16.000 metros de altitud y tan solo necesitan 10 minutos de espera entre una misión y otra mientras repostan. Los modelos brasileños se pueden equipar con diferentes armas, incluyendo misiles de corto y largo alcance, bombas y misiles guiados por láser, radar o sistema electro-óptico. La SAAB planea utilizar su acuerdo con Embraer como una plataforma de exportación para producir cazas en Brasil y venderlos a otros países latinoamericanos y entre los primeros interesados figura Colombia.