El papa Francisco ha recibido este sábado el alta después de tres días ingresado por una bronquitis y a su salida del hospital Gemelli de Roma ha querido demostrar su buen estado bajándose del coche ayudado de un bastón y lanzar un mensaje: «Todavía estoy vivo». El pontífice, que fue hospitalizado el miércoles a causa de una bronquitis, ha salido en torno a las 10:20 horas locales (9:20 GMT) del Policlínico sentado en el asiento del copiloto de un pequeño coche, escoltado por la policía y agentes de su seguridad. Pero, al abandonar la clínica, se ha detenido frente a un grupo de fieles, curiosos y periodistas que le saludaban y ante quienes confesó cómo ha vivido estos días en los que el mundo ha seguido su recuperación de la bronquitis que lo llevó al hospital.
«Solo sentí malestar y no tuve miedo, estoy todavía vivo», ha insistido Francisco a los periodistas que le preguntaban de forma insistente, bajado del vehículo a un lado de la carretera, ayudado con un bastón y siempre con una sonrisa en el rostro. El pontífice ha tenido palabras de agradecimiento para los médicos y enfermeros que lo han tratado en estos días en el Gemelli, donde ya estuvo en julio de 2021 por su operación de colon, y también ha alabado la labor de los periodistas que han seguido su estado de salud. En estos días ingresado y convaleciente, en un apartamento de uso exclusivo de los pontífices desde tiempos de Juan Pablo II, Francisco ha leído la prensa, ha rezado en la capilla y antes de ayer cenó pizza con los sanitarios y sus colaboradores.
Este viernes, además visitó a los niños de la unidad de neurocirugía y oncología, llevándoles huevos de pascua y otros detalles, y llegó incluso a bautizar a uno de ellos, el pequeño Miguel Ángel, un momento grabado por las cámaras vaticanas y que ha demostrado que el papa caminaba y gozaba de un aparente buen estado. «La cosa más hermosa de estos días ha sido la visita a los niños», reconoció el pontífice a su salida. Antes de volver al vehículo, el papa ha saludado y ha abrazado a una pareja que anoche perdió a su hija y juntos rezaron en estos momentos de dolor. Ahora Francisco llegará al Vaticano, a la Casa Santa Marta, la residencia que eligió en 2013 tras su elección, rechazando así el histórico apartamento del Palacio Apostólico. Y, tal y como ha avanzado él mismo ante las cámaras, mañana presidirá la misa de Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro, que abre los ritos de la Semana Santa, aunque estará oficiada previsiblemente por el purpurado cardenal Leonardo Sandri.