Jack Teixeira, el joven sospechoso de estar detrás de una de las mayores filtraciones de documentos del Pentágono en la última década, fue imputado este viernes por delitos de transmisión y extracción de información clasificada. El joven, de 21 años, compareció la mañana de este viernes ante el juez magistrado de la Corte de Distrito de Massachusetts, David Hennessy, que leyó los cargos en su contra. En concreto, a Teixeira le han sido imputados dos delitos: retención y transmisión no autorizada de información de defensa nacional y extracción no autorizada de información clasificada y materiales de defensa. De ser hallado culpable, podría afrontar una pena máxima de 15 años de cárcel.
En una declaración jurada presentada ante la corte por investigadores del FBI, se asegura que Teixeira tenía desde 2022 una acreditación que le autorizaba a acceder a material marcado como de máximo secreto. El documento detalla que el joven empezó a publicar la información en redes sociales en diciembre del año pasado, primero como transcripciones textuales y luego a través de imágenes de documentos marcados como clasificados.
Aunque en la declaración jurada los investigadores no especifican la plataforma usada, reportes de los diarios estadounidenses The New York Times y The Washington Post señalaron que publicó los documentos primero en un chat de la plataforma Discord.
Uno de los documentos, confirmó la declaración, contenía información sobre el «estado del conflicto de Rusia-Ucrania, incluyendo el movimiento de tropas en una fecha particular». El FBI relató ante la corte que entrevistó el pasado 10 de abril a uno de los usuarios de Discord, la red social donde Teixeira publicó la información. En la entrevista, el usuario contó que Teixeira le había revelado que decidió comenzar a tomar fotografías de los documentos porque temía ser descubierto transcribiéndolos en su lugar de trabajo.
El 12 de abril, Discord entregó al FBI la información que tenía sobre Teixeira. El joven, de acuerdo con los documentos, trabajaba en el área de defensa informática en la base de la Guardia Nacional en Cape Cod, en Massachusetts, y formaba parte de las fuerzas estadounidenses desde septiembre de 2019.