El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, confió este jueves en que el surgimiento de las pequeñas empresas privadas en Cuba contribuya al «proceso de apertura y modernización de la economía» de la isla. Borrell hizo estas declaraciones en su primer acto público en La Habana, en donde se encuentra de visita desde este miércoles y hasta el sábado para un encuentro bilateral enmarcado en el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) entre la UE y Cuba, vigente desde 2017.
El diplomático europeo, que reconoció la grave crisis económica que atraviesa la isla, subrayó que la UE busca apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de carácter privado, legales en Cuba desde septiembre de 2021. Borrell aseguró que la UE quiere «acompañar en el proceso apertura» y «de reformas económicas y sociales» en Cuba, «desde el respeto mutuo» y con el objetivo de contribuir a la «mejora de la vida de todos cubanos». Agregó que los pequeños empresarios privados cubanos pueden ser la «levadura» que ayude a que la «masa» de la economía nacional crezca y el acicate para que «cambie la estructura económica de Cuba».
En este sentido, Borrell citó un fondo comunitario dotado con 14 millones de euros para «ayudar a los empresarios (cubanos) a que sean mejores empresarios», con formación y asesoría. Señaló además la disposición de la UE a cooperar con las instituciones cubanas para dinamizar la economía, del marco regulatorio a la financiación. «Cuba podría ser y creo que acabará siendo la Mallorca del Caribe», aseguró el alto representante en referencia a la isla española que ha desarrollado un importante tejido empresarial sobre la base del turismo.
La UE es el primer inversor en Cuba «a pesar de las medidas restrictivas del bloqueo (embargo), que no hace las cosas precisamente fáciles», aseguró Borrell, quien destacó que el bloque europeo es el primer socio comercial de la isla, muy por delante de Rusia y China. Cuba volvió a permitir en septiembre de 2021 la empresa privada, prohibida desde 1968. Desde entonces se han autorizado más de 7.800 mipymes, en su mayoría privadas, que operan en sectores considerados no estratégicos por el Estado cubano, que sigue considerando esencial la empresa estatal socialista.