Las autoridades ucranianas trabajan a toda prisa para asegurarse de que todos los refugios antiaéreos de la ciudad estén abiertos durante los ataques con drones y misiles rusos, después del escándalo provocado por la muerte el pasado jueves de tres personas que encontraron su búnker cerrado durante una alerta aérea.
La polémica ha tomado un marcado cariz político por la supuesta negligencia del alcalde de Kiev, el excampeón del mundo de boxeo Vitaly Klichkó, a la hora de garantizar la accesibilidad de los refugios, situados en los sótanos de los edificios públicos y privados y construidos casi todos en la época soviética. Horas después de que se conocieran las circunstancias de las tres muertes, el presidente del país, Volodímir Zelenski, prometió investigar lo ocurrido y tomar medidas contundentes contra los responsables. Zelenski apuntó directamente a las «autoridades locales» y mandó un mensaje claro a Klichkó.
«Podría producirse un nocaut», dijo el presidente en clara referencia al pasado pugilístico del alcalde, que lidera la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma, cuyas siglas en ucraniano, UDAR, significan precisamente «golpe» en el idioma oficial del país. La primera acción concreta de Zelenski al respecto fue ordenar a sus ministros una evaluación del estado de los refugios.
El de Empresas Estratégicas, Alexander Kamyshin, se encargó de la ciudad de Kiev y presentó este domingo los resultados declarándose «bastante avergonzado». Según la investigación del Gobierno, un 33% de los más de mil refugios inspeccionados «no estaba listo» para ser utilizado, y un 11% no pudo abrirse en el momento de la evaluación.
El alcalde Klichkó presentó el lunes por la mañana su propia inspección, con resultados similares pero desglosados por distritos, y señaló a los jefes de estas unidades administrativas nombrados por el presidente a propuesta del Gobierno. «De acuerdo con los resultados de la inspección, volveremos a apelar al presidente sobre las decisiones relativas al personal respecto a los jefes de distrito con peores indicadores», anunció Klichkó.
El escándalo por la muerte el jueves de las tres personas ha llevado de momento ante la justicia al guardia de seguridad de la clínica de Kiev en la que se encontraba el refugio cerrado. Mal afeitado y visiblemente tenso y cansado, Vadym Moshkin, de 62 años, compareció el sábado ante un juez que ha dictado para él dos meses de prisión sin fianza por su supuesta negligencia al no abrir a tiempo el refugio.
Más que calmar los ánimos, la aparición en televisión de un hombre visiblemente angustiado que reconocía su responsabilidad y explicaba que no había tenido tiempo de abrir el refugio al ser derribado por una de las explosiones ha provocado protestas en algunos sectores de la sociedad ucraniana. Un bufete de abogados de Kiev se ha ofrecido a ayudar al guardia de seguridad al considerar injustificada y excesiva la medida dictada por la Justicia.
«La detención es una medida excepcional y la más severa de las medidas preventivas», ha escrito uno de los socios del bufete, Evgeny Artiujov, en Facebook. «Se utiliza en casos en que la persona puede influir el curso de la investigación o evitar responsabilidad», ha explicado el abogado, que ha pedido a los familiares y conocidos del detenido que se pongan en contacto con él para poder asistirle. «Da la impresión de que se quiere culpar de todo a este hombre mayor y hacerle responsable de los fallos de todo el sistema», agregó.