Exprisioneros de guerra ucranianos afirman haber sido sometidos a torturas, como palizas y descargas eléctricas, mientras estaban bajo custodia en un centro de detención en el suroeste de Rusia, lo que supone una violación del derecho internacional humanitario, revela este miércoles la cadena BBC.
Una docena de estos detenidos, liberados en intercambios de presos, denunciaron abusos físicos y psicológicos por parte de oficiales y guardias rusos en el Centro de Detención Preventiva Número Dos, en la ciudad de Taganrog, según relataron en entrevistas con la emisora. De acuerdo con los testimonios, hubo violencia extrema y malos tratos en las instalaciones.
Entre las denuncias figuran golpes a hombres y mujeres, incluso en riñones y pecho, mientras que guardias rusos amenazaron e intimidaron constantemente a los detenidos, algunos de los cuales han hecho confesiones falsas, usadas supuestamente como pruebas en su contra en los juicios, agrega la investigación de la BBC. Además, se ha denunciado que los cautivos no han recibido asistencia médica adecuada y hubo casos de fallecimientos.
La BBC no ha podido verificar de forma independiente las afirmaciones de los presos, pero los detalles de los relatos se compartieron con grupos defensores de los derechos humanos y, en la medida de lo posible, fueron corroborados por otros retenidos.
El Gobierno ruso no ha permitido que ningún organismo externo, incluida la ONU o el Comité Internacional de la Cruz Roja, visite las instalaciones, que antes de la guerra se usaban exclusivamente para mantener a prisioneros rusos. El Ministerio de Defensa de Rusia no ha respondido a varias solicitudes para comentar estas alegaciones. Más de 2.500 ucranianos han sido liberados desde el comienzo del conflicto, pero se estima que hasta 10.000 cautivos permanecen bajo custodia rusa, según grupos defensores de los derechos humanos.