La sugerencia del jefe del gabinete de la secretaría general de la OTAN, Stian Jenssen, para que Ucrania ceda territorios a Rusia para facilitar su ingreso en la Alianza Atlántica originó un alud de críticas de Kiev, que advierte de que cualquier renuncia territorial envalentonaría a Moscú. «Hablar sobre el ingreso de Ucrania en la OTAN a cambio de ceder parte de los territorios ucranianos es absolutamente inaceptable», subrayó Oleg Nikolaenko, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, tras la mención de esa posibilidad por Jenssen en un foro celebrado el martes en Noruega.
Según Nikolaenko, que funcionarios de la OTAN «participen en una narrativa» para que Ucrania renuncie a sus territorios es «hacer el juego a Rusia». En interés de la seguridad euroatlántica, se deberían abordar formas de acelerar la victoria de Ucrania y su reconocimiento como candidato al ingreso como miembro de pleno derecho de la OTAN, añadió el portavoz ministerial.
En medio del revuelo causado por las palabras de Jenssen, desde la central de la Alianza Atlántica se destacó este miércoles que «la posición de la OTAN es clara y no ha cambiado: apoyamos plenamente la soberanía y la integridad territorial de Ucrania», indicaron fuentes de Bruselas a EFE. «Seguiremos apoyando a Ucrania todo el tiempo que sea necesario», añadió esa fuente, para recordar que ésa es la posición expresada por los líderes aliados en la cumbre de Vilna, el pasado julio.
«Corresponde a Ucrania decidir cuándo y en qué términos alcanzar la paz», recalcó un portavoz. En una entrevista a un medio noruego, Jenssen reconoció a posteriori que su comentario «fue un error» y que «no debería haberlo dicho de esa manera». Antes de estas precisiones desde Bruselas, Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, había tachado ya de «extraña» la declaración de Jenssen.
«No está en absoluto claro por qué se hizo», dijo en directo en la televisión ucraniana. Por su parte, el jefe de la facción parlamentaria del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, David Arakhamia, subrayó en Telegram que tales discusiones sólo alientan la agresión rusa. Ceder territorio no sólo no significaría el fin de la guerra, aseguró, sino que garantizaría la aparición de «nuevos conflictos en distintas partes del globo».
Para Arakhamia, las primeras reacciones de Moscú demuestran que a Rusia le gusta una idea que «legitima las guerras de agresión y socava el Derecho internacional», lo que conduce a la «derrota de la democracia y al triunfo de los regímenes totalitarios». El jefe del grupo parlamentario del presidente aludió con ello a un tuit del expresidente ruso Dmitri Medvédev, en que calificaba la sugerencia de Jenssen de «idea interesante».
El único problema es que «todos sus territorios son muy discutibles», añadía el mensaje de Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso. Las reacciones de Kiev reflejan el estado de ánimo mayoritario de los ucranianos, que se ha mantenido estable durante toda la invasión rusa, según sucesivos sondeos. Una encuesta de julio de la Fundación de Iniciativas Democráticas Ilya Kucheriv, en colaboración con el Centro de Sociología Política, indicaba que el 87 % de los ucranianos descarta cualquier concesión territorial a Rusia a cambio de la paz.
Esta opinión es uniforme en varias partes de Ucrania, incluidas las que tienen una mayor proporción de población de origen ruso o rusoparlante. Olena Semeniak, una ciudadana de 29 años de Odesa cuyo prometido sirve en el Ejército, apenas puede contenerse: «Cuando oigo esas declaraciones sobre concesiones de nuestro territorio en aras de la adhesión a cualquier parte, me golpea emocionalmente. Inmediatamente surge la pregunta: ¿Para qué necesitamos esa adhesión si la Alianza tiene tanto miedo de Moscú?».
«Sabemos muy bien lo poco fiables que pueden ser esas garantías», explicó en alusión al memorando de Budapest de 1994, por el que Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido dieron garantías de no agresión a Ucrania a cambio de que renunciara a su arsenal de armas nucleares.
La OTAN no debe recompensar al agresor con la idea de que Ucrania «acepte la pérdida permanente de su territorio soberano a cambio de una eventual promesa de adhesión», tuiteó por su parte el analista militar Mykola Bielieskov. La OTAN se creó para garantizar la paz y la seguridad y, por tanto, para defender los principios de la Carta de las Naciones Unidas en la zona euroatlántica, recordó el analista