Fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) han reivindicado a varios medios ucranianos el ataque con drones kamikaze que la madrugada del domingo habría alcanzado aviones Su-30 y MiG-29 en un aeródromo ruso del óblast de Kursk, en territorio de la Federación Rusa. Los 16 drones lanzados por Ucrania habrían golpeado también un sistema de misiles S-300 y dos sistemas autopropulsados Pantsir.
Las fuentes aseguran que todos los objetivos del ataque fueron alcanzados. El ataque habría sido llevado a cabo por la contrainteligencia del SBU, el servicio de inteligencia interior de Ucrania. Distintas estructuras de seguridad de Kiev han reivindicado en los últimos días varios ataques contra aeródromos, puertos y otras bases militares en la Federación Rusa y en la península ucraniana de Crimea, ocupada por Rusia desde 2014, que han logrado destruir valioso equipamientos militares y eliminar a soldados rusos.
Ucrania ha demostrado con estos ataques que ha logrado desarrollar drones y otros tipos de armamento capaces de burlar las defensas rusas y alcanzar objetivos estratégicos enemigos a larga distancia.
Por su parte, las autoridades rusas han informado en la madrugada de este lunes del derribo de una aeronave no tripulada que volaba hacia Moscú, sin que se hayan notificado víctimas o daños. El Ministerio de Defensa ruso ha señalado que el incidente ha tenido lugar alrededor de las 04.30 horas (hora local), cuando las defensas aéreas han conseguido «frustrar otro intento del régimen de Kiev de llevar a cabo un ataque terrorista».
El alcalde de Moscú, Sergei Sobianin ha especificado que la destrucción del dron, que ha tenido lugar en la ciudad de Liubertsi (al sureste de Moscú), «no ha producido víctimas ni daños previos». Sobianin, además, ha señalado a través de su canal en la plataforma de mensajería Telegram que los servicios de emergencias se encuentran en el lugar del incidente.
Tras ello, las autoridades de Rusia han suspendido brevemente las operaciones en los tres aeropuertos de la capital, si bien han sido retomadas poco después. Durante dicho periodo de tiempo, al menos diez vuelos han sido desviados a otros aeródromos. Un portavoz de la Agencia Federal de Transporte Aéreo ha explicado que la decisión ha sido adoptada «para garantizar la seguridad de los vuelos civiles desde Vnukovo, Domodedovo y Zhukovski», antes de confirmar que las instalaciones fueron «cerradas parcialmente», tal y como ha informado la agencia rusa de noticias Interfax.
Poco después, fuentes de los servicios de emergencia rusos han indicado que los trabajos han sido retomados en los tres aeropuertos. Según las informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias TASS, al menos 46 vuelos han sido cancelados o han sufrido retrasos a causa de esta situación.