Las autoridades rusas anunciaron la puesta en servicio de los misiles estratégicos intercontinentales Sarmat, capaces de lanzar múltiples ojivas nucleares. «El complejo estratégico Sarmat ha sido puesto en servicio», dijo el jefe de la agencia espacial Roscosmos, Yuri Borísov, en el maratón «Comparte tus conocimientos» con motivo del inicio del nuevo curso escolar.
El pasado 21 de junio el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que «próximamente serán puestos en guardia operativa las primeras lanzaderas del sistema Sarmat con un nuevo misil pesado». Los misiles balísticos intercontinentales se producirían en masa en la planta de Krasmash (en la región siberiana de Krasnoyarsk) de Roscosmos.
El 20 de abril de 2022 Rusia realizó un lanzamiento de prueba con el Sarmat, que fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk y alcanzó su destino a 6.000 kilómetros de distancia en el polígono de Kurá, en la península de Kamchatka.
El lanzamiento fue transmitido por la televisión pública y presidido por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien había lanzado dos meses antes la guerra en Ucrania. Según dijo entonces Putin, el Sarmat «garantiza de manera fiable la seguridad de Rusia de las amenazas externas y hará que se lo piensen dos veces aquellos que en la desenfrenada vorágine de la retórica agresiva intenten amenazar a nuestro país», en alusión a la guerra en Ucrania y a las sanciones aplicadas por Occidente.
Putin subrayó que el Sarmat «es capaz de superar todos los medios modernos de defensa antimisiles», además de poseer unas características táctico-técnicas del más alto nivel. «No tiene análogos en el mundo y no los tendrá durante mucho tiempo», aseguró.
El RS-28 Sarmat, clasificado por la OTAN como SS-X-30 o Satán-2, sustituye el misil de emplazamiento en silo más potente del mundo, el RS-20B Voevoda (SS-18 o Satán). Putin presentó en sociedad el Sarmat el 2 de marzo de 2018, justo antes de su reelección, durante un controvertido discurso sobre el estado de la nación. Entonces advirtió a Occidente que el Sarmat tiene un «alcance prácticamente ilimitado», por lo que el sistema antimisiles norteamericano «no tendrá nada que hacer».