Desde olas de calor cada vez más extremas, hasta graves sequías e inundaciones generalizadas: el cambio climático azota al planeta y se agrava por unas emisiones de CO2 en escalada libre y un consumismo frenético, mientras una parte del mundo se moviliza al cobijo de la innovación. La quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero que actúan como un velo que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas, según los científicos.
De acuerdo a las evidencias, desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Con los indicadores científicos en la mano y la realidad de un planeta cada vez más recalentado, un sector del mundo mueve motores para estrechar lazos con la innovación como aliada para reconducir el destino humano y salvar el planeta.
Durante la cumbre mundial de estos días en Dubái, la COP28, se analizarán las soluciones más innovadoras, muchas de ellas de colaboración público-privada para mitigar la crisis climática que lamentablemente se ceba con los países más vulnerables, pese a que han sido los que menos han contribuido al cambio climático. Sistemas de alerta temprana, inteligencia satelital y 'big data', con los más avanzados sistemas para cruzar millones de indicadores con supercomputadores y extraer información relevante con inteligencia artificial, son algunas de las tecnologías punteras para hacer predicciones climáticas más eficaces y avanzar en nuevas soluciones energéticas sostenibles.
Para salvar vidas y bienes, se debe disponer de un conocimiento actualizado y detallado sobre las tendencias del clima y escudriñar con tiempo suficiente los posibles efectos de las que serán las próximas catástrofes naturales por el calentamiento global, según los expertos. «La inteligencia artificial supone una revolución para el enfoque de muchos problemas y permitirá acortar plazos para alcanzar un punto donde no se había llegado antes, un cambio grande sobre todo en las simulaciones climáticas».
Así lo ha explicado a EFE, en una entrevista, el responsable de nutrir de datos desde la autoridad meteorológica española el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) del Ministerio para la Transición Ecológica, Esteban Rodríguez, que es además el jefe de modelización climática de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Desde adelantarse a huracanes o lluvias torrenciales hasta determinar tendencias para redefinir actividades como la agricultura o nuevas políticas hídricas vinculadas al clima, son algunas aportaciones de esta ciencia que es la meteorología de «tanto impacto social y complejidad» en las predicciones, por el comportamiento «caótico» de la atmósfera, según el experto. Según el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), recién presentado en la COP28, el año 2023 no solo va camino de ser el más cálido del que se tiene registro, sino que también batirá récords en concentraciones de gases de efecto invernadero y retroceso de la capa de hielo en la Antártida.
De acuerdo a los datos de organizaciones sociales, «el 1 % más rico de la población mundial contamina tanto como los dos tercios más pobres de la humanidad», asegura Oxfam Intermón en un reciente informe. Lourdes Benavides, responsable de Justicia Climática de dicha organización, reitera que «los efectos del cambio climático afectan más a las personas en situación de pobreza y exclusión y a las generaciones futuras».
En la cita climática mundial en Dubái, las energías renovables y las nuevas tecnologías de almacenamiento energético para reducir la quema de combustibles fósiles tendrán asimismo un peso especial. Frente al abismo climático, los países se movilizan además para implementar sistemas de alerta climática temprana para proteger a la población.
En la Unión Europea los países se han puesto manos a la obra con la innovación para implantar sistemas punteros a nivel tecnológico pero muy sencillos e intuitivos a la hora de comunicar las alertas a la población para que pueda protegerse. En dicha región se trabaja en el desarrollo por ejemplo de un sistema para alertar de lluvias extremas e inundaciones similar al que utilizan las autoridades meteorológicas a la hora de advertir del tiempo adverso.
En el caso de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en España, las alertas coinciden con cuatro colores según el nivel de riesgo: verde, amarillo, naranja y rojo, siendo este último el referido a episodios extremos. Según los expertos, el uso de sistemas de alerta temprana a la población por fenómenos extremos relacionados con el clima pueden aportar beneficios de hasta 10 veces más que el coste que supone implantarlos. El recién reelegido presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha asegurado que, «por cada euro que gastemos ahora» en transición ecológica para la descarbonización «nos estaremos ahorrando diez euros en daños en las próximas décadas».