Los rebeldes chiíes hutíes se mostraron este martes determinados a seguir atacando barcos con vínculos con Israel que transitan frente a las costas del Yemen, mientras el jefe del Pentágono, Lloyd J. Austin III, pidió desde Baréin que más países se unan a la nueva alianza marítima en el mar Rojo contra los insurgentes. «La coalición formada por Estados Unidos es para proteger a Israel y militarizar el mar sin ninguna justificación, y no impedirá que el Yemen continúe con sus operaciones legítimas en apoyo a Gaza», dijo el portavoz de los hutíes, Mohamed Abdulsalam, en su cuenta oficial de X (antes Twitter).
Se trata de la primera reacción del movimiento respaldado por Irán que controla una parte del Yemen -incluida la capital Saná y otras ciudades como Al Hudeida, que tiene el puerto más importante del país- tras el anuncio de este pasado lunes de EEUU de la creación de una coalición militar de 10 países, entre ellos Estados Unidos, el Reino Unido y España, para garantizar la seguridad y la libertad de navegación en el mar Rojo. Seguirán los ataques Abdulsalam afirmó que «Estados Unidos se permitió apoyar a Israel formando una alianza (...) Los pueblos de la región tienen plena legitimidad para apoyar al pueblo palestino. Y el Yemen se ha encargado de defender el derecho palestino y (hace frente a la) gran injusticia en Gaza».
El portavoz reiteró que «las operaciones navales del Yemen tienen como objetivo apoyar al pueblo palestino para hacer frente a la agresión y el asedio a Gaza, y no son una demostración de fuerza ni un desafío para nadie». Por ello, advirtió, «quien quiera ampliar el conflicto debe asumir las consecuencias de sus acciones». Tras el inicio de la ofensiva de Israel en Gaza, los hutíes han lanzado varias andanadas de misiles y drones contra el sur de Israel y también contra buques con la bandera del Estado judío o propiedad de empresas israelíes en el mar Rojo y el estrecho de Bab al Mandeb, que conecta dicho mar con el golfo de Adén.
Desde el pasado viernes, los principales grupos de transporte marítimo han ido anunciando que suspenden sus operaciones en el mar Rojo, entre ellos Maersk y Hapag-Lloyd, y ayer se les sumó la petrolera BP, al cancelar temporalmente el paso de sus embarcaciones por la zona. El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, pidió hoy desde Manama unidad global para detener los ataques de los rebeldes, que «ya afectan la economía mundial».
En una reunión ministerial virtual desde la capital de Baréin con ministros, jefes de Defensa y altos representantes de 43 países, así como de la Unión Europea y la OTAN, Austin reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la libertad de navegación y la libre circulación del comercio en las vías marítimas críticas de la región. «Los ataques ya afectan la economía mundial y seguirán amenazando al transporte marítimo comercial si la comunidad internacional no se une para abordar el problema de forma colectiva», dijo, según un comunicado del Departamento de Defensa estadounidense, y reiteró su condena a los ataques de los rebeldes contra el comercio como algo «sin precedentes e inaceptable».
El vicealmirante de la Marina estadounidense Brad Cooper, que comanda la fuerza naval internacional Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF, en inglés), informó en la reunión que los hutíes han llevado a cabo «más de 100 ataques con sistemas aéreos no tripulados (drones) y misiles balísticos en un solo sentido, dirigidos contra 10 buques mercantes en los que participaban más de 35 naciones diferentes». En la actualidad, entre el 10 % y el 15 % del comercio mundial pasa por el mar Rojo, y las compañías navieras internacionales están teniendo que desviar su ruta a través del Cabo de Buena Esperanza, lo que añade semanas a la entrega de bienes y materiales clave, incluidos el petróleo y el gas, aseveró.
El grupo danés Maersk, la compañía de transporte marítimo de mercancías más grande del mundo, anunció que desviará alrededor de África, a través del Cabo de Buena Esperanza, todos los buques que se dirigían al mar Rojo y que dejaron de hacerlo por los ataques de los hutíes. «Tenemos fe en que en un futuro próximo se introducirá una solución que permita volver a utilizar el canal de Suez y transitar por el mar Rojo y el golfo de Adén, pero en este momento sigue siendo difícil determinar exactamente cuándo será», añadió la compañía.