El rey de Dinamarca, Federico X, ha acudido este lunes al Parlamento para una solemne ceremonia en la que los diputados le han concedido hasta nueve «hurras» que simbolizan el aval de la institución al nuevo monarca, que el domingo ascendió al trono tras la inesperada abdicación de su madre, Margarita II. La reina saliente anunció su salida en su tradicional discurso de Nochevieja, después de 52 años al frente de la Casa Real. El domingo, casi 300.000 personas participaron en la calle en los actos de relevo en Copenhague, escenario de un histórico traspaso de la corona.
Los actos se han trasladado ya este lunes al Folketinget, el Parlamento unicameral de Dinamarca y cuyo presidente, Soren Gade, ha proclamado «larga vida a Su Majestad el rey Federico X». Entre los presentes estaba también la reina emérita y la actual, Mary Donaldson, así como el príncipe heredero, Christian, y sus hermanos.
La primera ministra, Mette Frederiksen, ha leído un discurso en nombre del monarca para reivindicar que tanto él como su esposa se dedicarán al servicio al país, ya que la tradición danesa estipula que sólo quienes son miembros del Parlamento pueden dirigirse a la Cámara. Ya a título personal, Frederiksen ha agradecido la labor de Margarita II. «Ahora, la próxima generación nos llevará hacia el futuro», ha destacado la primera ministra.