El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha negado que la renovada ofensiva sobre la provincia de Járkov tenga como objetivo hacerse con el control de la capital homónima, sino más bien establecer una zona de amortiguamiento para evitar que las fuerzas ucranianas continúen bombardeando las ciudades fronterizas rusas.
«En cuanto a lo que está sucediendo en el frente de Járkov, también es culpa de ellos, porque atacan y, lamentablemente, continúan bombardeando zonas residenciales de los territorios fronterizos, incluido Bélgorod», ha dicho el presidente Putin, según recogen agencias de noticias rusas. «Los civiles están muriendo allí. Esto es obvio. Están disparando sobre el centro de la ciudad, en zonas residenciales. Ya dije públicamente que si esto continuaba, nos veríamos obligados a crear una zona de seguridad», ha contado.
«Eso es lo que estamos haciendo», ha subrayado Putin antes de explicar que las tropas del Ejército ruso avanzan en la región lo «estrictamente» planeado. En lo que respecta a Járkov, el jefe del Kremlin ha señalado que «no hay planes» a día de hoy para tomar la ciudad, la segunda en importancia tras la capital, Kiev.
Más tarde, el Ministerio de Defensa ruso ha informado de que sus tropas desplegadas en la zona, conocidas bajo el nombre de Fuerzas del Norte, han logrado «liberar» doce localidades de la región de Járkov desde el inicio de esta nueva ofensiva sobre el noreste ucraniano.
La cartera de Defensa ha citado la docena de ciudades conquistadas en los últimos días, entre las que destaca Glubokoe o Lukiantsi, entre otras. Sin embargo, en el listado no figura Vovchansk, una localidad ubicada a escasos kilómetros de la frontera y que ha cobrado notoriedad en los últimos días por la intensidad de los combates. A medida que avanza la ofensiva rusa, Ucrania ha alertado de las peligrosas consecuencias que tendría que la ciudad de Járkov, situada a unos 30 kilómetros de la frontera y de gran importancia estratégica, cayera en manos del Kremlin.