Las fuerzas rusas continúan apretando en la región de Donetsk (este de Ucrania), donde concentran sus ataques en dirección a la ciudad de Pokrovsk y en el frente de Toretsk, según informó este lunes el Estado Mayor ucraniano. La zona más caliente de toda la línea de contacto sigue siendo el eje de Pokrovsk, una ciudad ucraniana aún relativamente alejada de la línea del frente que antes de la guerra tenía más de 60.000 habitantes. Rusia trata de avanzar en esa dirección y desde el comienzo del día ha llevado a cabo 21 ataques en diez zonas distintas de ese eje, según el último parte publicado por el Estado Mayor de Kiev.
Más hacia el este, cerca de Toretsk (que antes de la guerra tenía más de 30.000 habitantes), Rusia ha lanzado ya este lunes 15 ataques terrestres con apoyo de la aviación, que ha dejado caer en esta parte de la línea de contacto diez bombas aéreas guiadas. Estos explosivos convencionales de gran potencia están dotados de sistemas de navegación propios, lo que permite a los aviones dejarlas caer a decenas de kilómetros de distancia del objetivo y sin entrar, por tanto, en la zona de alcance de la mayor parte de defensas aéreas enemigas.
Aunque con menor intensidad, las fuerzas rusas también atacan en otros segmentos del frente de la regiones de Donetsk, Járkov (noreste) y Zaporiyia (sureste). Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington, que sigue a diario la evolución del conflicto, Rusia ha logrado en las últimas horas nuevos avances al este de Pokrovsk, al oeste de la ciudad ocupada de Donetsk y en la zona limítrofe entre las regiones de Donetsk y Zaporiyia.
Rusia recuperó la iniciativa en el frente el pasado otoño tras agotarse sin los resultados esperados la segunda contraofensiva ucraniana en esta guerra. Desde entonces ha logrado avances modestos pero constantes, haciéndose con el control de decenas de localidades generalmente pequeñas. Según los portavoces militares ucranianos, Rusia ha conseguido estos avances a un alto precio de bajas y pérdidas materiales. Según la última estimación de bajas enemigas del Estado Mayor de Kiev, el Ejército ruso perdió durante la pasada jornada en todo el frente 1.180 soldados entre muertos y heridos y 69 sistemas de artillería.