Los servicios médicos rusos cifraron este martes en 17 los civiles muertos y en más de 140 los heridos a causa de la ofensiva lanzada por Ucrania el pasado día 6 en la región rusa de Kursk. «Según los últimos datos, se ha establecido la muerte de 17 personas a causa de los ataques de las Fuerzas Armadas de Ucrania, de los más de 140 heridos, 75 han sido hospitalizados, de ellos cuatro niños», dijo un portavoz de los servicios médicos citado por la agencia oficial rusa TASS.
El lunes de la semana pasada el gobernador en funciones de la región de Kursk, Alexéi Smirnov, informó al presidente ruso, Vladímir Putin, de que el ataque ucraniano se había cobrado doce muertos entre la población y que el número de heridos ascendía a 121.
Según Ucrania, en dos semanas de combates sus tropas se han hecho con el control de cerca de un centenar de localidades y de más de 1.200 kilómetros cuadrados del territorio de la región de Kursk, que es poco más del 4 por ciento del total de su superficie.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha declarado que uno de los objetivos de la ofensiva en la región de Kursk es crear una zona «tapón» para impedir que desde allí las tropas rusas ataquen el territorio ucraniano.