Un periodista fue testigo este jueves de cómo varios soldados israelíes empujaron tres cuerpos aparentemente sin vida desde los tejados durante una redada en la parte norte de la Cisjordania ocupada.
El comunicador de AP en la ciudad de Qabatiya fue testigo de cómo tres soldados empujaban los cuerpos desde los tejados de edificios adyacentes de varios pisos. «Se trata de un incidente grave que no coincide con los valores de las FDI ni con las expectativas de los soldados de las FDI», ha afirmado el Ejército israelí en un comunicado, utilizando el acrónimo que lo identifica. El Ejército ha dicho que revisará el incidente, aunque no ha anunciado una investigación formal.
Por su parte, AP no ha podido confirmar de inmediato las identidades o el paradero de los cuerpos arrojados desde los tejados, tampoco el número total de muertos en el ataque israelí a la ciudad el jueves.
En este sentido, Israel ha señalado que sus tropas habían matado a siete militantes en total el jueves: cuatro durante operaciones en un tiroteo y tres en un ataque aéreo contra un automóvil que transportaba militantes que, según el ejército, habían disparado contra las tropas. Hasta el viernes, ningún grupo militante había reivindicado que alguno de los muertos fuera uno de sus combatientes.
«Profundamente perturbador»
Desde Estados Unidos, la Casa Blanca ha calificado el video como «profundamente perturbador». El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha afirmado ante los periodistas este viernes que, si se determina que el video es auténtico, "claramente mostraría un comportamiento abominable y atroz por parte de soldados profesionales".
«Nos pusimos en contacto inmediatamente con nuestros homólogos israelíes y les pedimos más detalles», ha explicado. «Nos han asegurado que van a investigar esto y que habrá una rendición de cuentas adecuada si corresponde. Y vamos a estar muy ansiosos por ver qué descubre la investigación de las FDI», ha agregado.
Cuando a ti y a tu familia te han echado de más de un centenar de restaurantes el problema no son los trabajadores de esos restaurantes sino tú y tu familia. Si allá donde vas todo el mundo acaba rechazándote y odiándote, la culpa no es de los que te rechazan y odian sino tuya por tu comportamiento. Cuando hay un patrón que se repite una y otra vez, si no quieres seguir con la misma dinámica, háztelo mirar y procura cambiar de actitud y de comportamiento, no intentes lavarle el cerebro a tus vecinos ni les impongas leyes para que ni siquiera puedan opinar sobre ti ni sobre tus familiares. Al final la ola sólo será aún mayor que la última. Es muy fácil evitarlo: tú y tus familiares debéis cambiar de comportamiento e integraros plenamente.