El Gobierno de Tailandia anunció este miércoles que inspeccionará unos 13.400 autobuses equipados con tanques de gas natural comprimido, similares al vehículo cuyo incendio la víspera se saldó con 23 muertos, incluidos 20 escolares.
Las revisiones, que abarcan casi 10.500 autobuses con rutas regulares y otros 2.900 autocares, se completarán en un plazo de 60 días, señaló en un comunicado el viceministro de Transporte, Surapong Piyachote. Los autobuses que no superen la inspección verán revocada de inmediato su licencia de circulación, remarca el texto.
El anuncio viene precedido por el accidente el martes en las afueras de Bangkok de un autobús, donde viajaban 38 colegiales y seis profesores, que sufrió un gran incendio por causas que aún se encuentran bajo investigación. Las llamas se propagaron rápidamente por el vehículo y atraparon en su interior a más de la mitad de los pasajeros. Entre los fallecidos se encuentran 20 escolares, cuyas edades no han sido precisadas, y tres profesores.
Las pesquisas policiales tratan de averiguar si en el incendio influyó que el vehículo, de dos plantas, usara gas natural como combustible, como es habitual en muchos coches del país al ser más barato que la gasolina. Otra de las cuestiones bajo investigación es por qué 19 de los pasajeros del autobús lograron escapar y otros no, ante sospechas de que la puerta pudo haber quedado bloqueada tras el incendio.
El autobús accidentado, equipado con unos 10 tanques de gas natural comprimido, llevaba en servicio 54 años y había sufrido múltiples reparaciones, incluido el reemplazo del motor, remarcó el viceministro, según recoge el portal de noticias Thai Enquirer. Tailandia ostenta uno de los mayores niveles de mortalidad del mundo en sus carreteras, con unas 20.000 muertes y alrededor de un millón de heridos al año por accidentes de tráfico, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).