La escena política francesa se encuentra, una vez más, sumida en una profunda crisis que ha captado la atención de toda Europa. Este martes el primer ministro saliente, Sébastien Lecornu, ha iniciado una serie de conversaciones cruciales, apenas un día después de su inesperada dimisión. Estos encuentros, programados para dos jornadas, buscan desesperadamente una salida a la parálisis institucional que asola el país vecino. La situación ha generado un palpable hartazgo en la sociedad civil gala, y el debate sobre una posible refundación de las instituciones, que daría paso a una Sexta República francesa, cobra cada vez más fuerza.
Esta incertidumbre no solo afecta a la estabilidad interna de Francia, sino que también repercute directamente en los mercados financieros, con el IBEX 35 y las bolsas internacionales mostrando signos de inquietud ante el principal foco de inestabilidad en el Viejo Continente. Desde hace meses, el fantasma de la necesidad de una profunda reforma institucional planea sobre la opinión pública francesa. En este contexto de parálisis gubernamental, la idea de una Sexta República ha ganado un nuevo y significativo impulso, respaldada por casi el 63 % de los franceses, según un sondeo reciente.
La dimisión de Lecornu y su Gobierno, anunciada el lunes por la mañana, se produjo tras el rechazo de su gabinete, presentado apenas la noche anterior, tanto por teóricos aliados como por opositores. Este ejecutivo ha pasado a la historia como el más breve de la Francia moderna, un hecho que subraya la fragilidad del actual panorama político. El presidente Emmanuel Macron encargó a Lecornu la celebración de estas conversaciones, fijando como fecha límite la noche del miércoles, en un intento por desatascar la situación.
Asimismo la inestabilidad política en Francia ha tenido un eco inmediato en los mercados. El IBEX 35 inició la sesión de este martes, 7 de octubre, en tablas, reflejando la cautela de los inversores. A la lógica toma de ganancias tras el meteórico avance del selectivo bursátil español en el acumulado anual de 2025, que supera el 30 %, se sumaban las turbulencias políticas en Francia y el estancamiento presupuestario en Estados Unidos. La inesperada dimisión del primer ministro Lecornu ha arrastrado a la baja a los bonos franceses y al euro. Sin embargo, el optimismo en el sector tecnológico, gracias a un nuevo megacuerdo en inteligencia artificial, y las expectativas de recortes de tipos de interés por parte de los bancos centrales, contrarrestan parcialmente la caída, evitando un desplome mayor.
Efímera gestión de Sébastien Lecornu y laberinto político
La renuncia de Sébastien Lecornu como primer ministro de Francia, apenas unas horas después de la formación de su gabinete, ha dejado a la nación en un estado de perplejidad. Lecornu presentó su dimisión y la de su Gobierno un día después de que su propuesta de ejecutivo, anunciada el domingo por la noche, fuera categóricamente rechazada. Este rechazo provino tanto de los partidos que se suponía debían apoyarle como de la oposición, lo que evidenció la imposibilidad de formar una mayoría estable. La brevedad de su mandato, el más corto en la historia moderna de la Quinta República, es un síntoma claro de la profunda fragmentación y polarización que caracteriza el actual escenario político francés, donde cada vez es más probable un acceso al poder por parte de la extrema derecha.
Ante esta situación crítica, el presidente Macron encomendó a Lecornu la delicada tarea de iniciar dos días de conversaciones de última hora. El objetivo es encontrar una solución ; sin embargo, esta decisión ha generado más confusión que claridad entre los analistas y los propios políticos. Muchos han expresado su desconcierto sobre los verdaderos motivos del presidente, con algunos argumentando que la nueva misión de Lecornu es simplemente un esfuerzo para ganar más tiempo.
¿Un cambio de paradigma?
La idea de una Sexta República no es nueva en el debate político francés, pero la actual crisis le ha otorgado una relevancia sin precedentes. El hartazgo de la sociedad civil ante la inestabilidad y la incapacidad de los gobiernos para abordar los problemas fundamentales ha impulsado esta propuesta. Según un sondeo reciente, casi dos tercios de los franceses, un 63 %, apoyan la refundación de las instituciones. Este apoyo masivo refleja una profunda desafección con el modelo actual de la Quinta República, percibido por muchos como obsoleto y disfuncional.
El debate sobre la necesidad de ir más allá de un simple adelanto electoral cobró fuerza desde que se anunció el controvertido plan de recorte de pensiones. Aquella reforma, que generó masivas protestas y una fuerte oposición, puso de manifiesto las limitaciones del sistema político para canalizar el descontento popular. Figuras como Marine Le Pen, líder de la extrema derecha, han sido voces prominentes en la defensa de un cambio institucional profundo, aunque sus motivaciones y propuestas difieran significativamente de otros sectores que también abogan por una Sexta República. La propuesta de una nueva república implica una revisión completa de la Constitución, la redistribución de poderes y, potencialmente, un cambio en la naturaleza del régimen, pasando de un sistema semipresidencialista a uno más parlamentario o incluso a una república presidencialista pura, buscando una mayor representatividad y eficacia gubernamental.
Cabe incidir que en el contexto francés, el término «República» va más allá de una simple forma de gobierno sin monarca. Es un concepto profundamente arraigado en la historia y la identidad nacional, definido por una serie de principios fundamentales. La República Francesa es, según su Constitución, indivisible, laica, democrática y social. Estos pilares garantizan la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, sin distinción de origen, raza o religión, y respetan todas las creencias. La laicidad, en particular, es un principio distintivo que separa el Estado de las instituciones religiosas, asegurando la neutralidad del poder público.
Francia ha conocido varias repúblicas a lo largo de su historia, cada una nacida de profundas crisis políticas y sociales. La Primera República (1792-1804) surgió de la Revolución Francesa, la Segunda (1848-1852) de la Revolución de 1848, la Tercera (1870-1940) tras la caída del Segundo Imperio, y la Cuarta (1946-1958) después de la Segunda Guerra Mundial. La actual, la Quinta República, fue establecida en 1958 por Charles de Gaulle, con una Constitución que otorgaba un fuerte poder al presidente para garantizar la estabilidad gubernamental. El debate sobre una Sexta República implica, por tanto, una reevaluación de estos principios y de la estructura de poder, buscando una adaptación a los desafíos del siglo XXI y una mayor legitimidad democrática ante el desgaste del modelo actual.
Us recomando deixar inmediatament aquest decadent sistema europeu i marxar a Àfrica a gaudir des seus costums. Vos sou des que defeneu que Àfrica ocupi Europa? Es problema a França i tots ho sabem, es que s´estat comunista que tenen no es pot mantenir. Milers i milers de persones vivint de s´ Estat. Com aquí. Esperem que guanyi na Le Pen i compleixi. Tot nouvingut sense vida laboral, barco. I ajudes 0. Tranquil no ho farà.