La marca alemana acaba de poner a la venta otro modelo de las versiones «X» de la casa, el X4, que deriva directamente del X6, con el que mantiene muchas semejanzas en cuanto a línea al ser dos modelos más deportivos y menos clásicos que los X1, X3 y X5.
Estéticamente, el X4 es un modelo muy coupé, que tiene una línea descendente hasta llegar al montante trasero, una de las grandes diferencias con el X5, por ejemplo.
La parte delantera destaca por tener unos faros que no pueden esconder su diseño BMW, de grandes dimensiones, rodeados de una parrilla delantera también de dimensiones generosas. Aunque lo que le acaba de conferir este porte deportivo son los faldones anteriores con reja de nido de abeja.
La parte posterior cuenta con una estética igualmente atractiva, al tener unos faros alargados y un cristal de dimensiones reducidas por la línea deportiva que hemos destacado antes. Los parachoques, por su parte, son de dimensiones considerables.
El propulsor que hemos probado, el 30d, es tal vez el más adecuado para este vehículo por su equilibrio entre prestaciones y consumo, aunque se encuentra disponible con el propulsor 20d y con el 35d.
Este motor diesel cuenta con unas prestaciones realmente sorprendentes en todos los apartados. El cambio que lleva, el Steptronic de 8 velocidades, con levas en el volante, ayuda mucho a que la conducción sea de lo más divertida.
Se pueden usar tres modos de conducción diferentes: Eco Pro, Comfort y Sport. En las dos primeras el X4 ya tiene un comportamiento ya bastante dinámico y al insertar el modo Sport, el comportamiento cambia un poco, aunque no radicalmente como sí ocurría por ejemplo en el Macan.
El vehículo tarda sólo 5'8 segundos para ponerse de 0 a 100 Km/h, lo cual ya es una cifra que deja bien a las claras el carácter deportivo del vehículo.
Los seis litros declarados de consumo medio no distan demasiado de los que hemos conseguido nosotros llevando una conducción más bien alegre, donde hemos obtenido un poco más de siete, que no está nada mal para un vehículo de estas dimensiones, peso y prestaciones. Si se acelera de forma brusca, obviamente, el consumo se dispara un poco, pero nada fuera de lo común.
El comportamiento del vehículo acompaña al diseño y al propulsor, ya que este chasis está muy bien diseñado para trazar las curvas de forma neutra, sin excesivos balanceos, lo cual se agradece. De esta manera se puede llevar un ritmo muy alegre por carretera percibiendo este carácter deportivo del vehículo.
INTERIOR
El interior del X4 recuerda al resto de productos de la marca alemana, que ha sabido mantener este carácter más bien clásico del interior sin que por ello pierda seguidores de sus productos, más bien al contrario.
El marcador cuenta con esta disposición más bien clásica que hemos comentado antes y con el fondo naranja que caracteriza desde hace muchísimos años a los marcadores y mandos de los coches BMW.
La consola central está presidida por una pantalla de color, no táctil, que se maneja con el i-drive, que es una especie de joystick alojado donde iría el freno de mano.
En este vehículo se echan de menos algunos elementos de serie, como la cámara posterior, los retrovisores plegables eléctricamente o los asientos regulables de forma eléctrica.