La marca sueca fundada en 1927 vuelve a ponerse las pilas –después de una época en la que ha dado algunos tumbos– con vehículos de gran calidad, con estéticas modernas y atractivas y con la última tecnología aplicable. Después de haber actualizado el impresionante XC90 (SUV) y antes de poner a la venta el V90 (la versión familiar), se ha sacado de la chistera este S90, que es una berlina de lo más lujosa en la que cada detalle cuenta y donde la seguridad de sus ocupantes está en las mejores manos.
Estéticamente no pasa desapercibido en ningún lado. Con sus casi 5 metros de largo (concretamente 4,96 m.) y unas llantas de lo más deportivas, lateralmente ya impresiona.
La parte delantera se caracteriza por disponer de unos faros alargados, muy parecidos a los del XC90, que destacan por estar partidos por la mitad por un haz de leds muy atractivos a la vista. Además, el escudo de la parte central de la parrilla delantera es de dimensiones considerables y le queda muy bien.
La parte posterior quizá es más clásica, pero no desentona en absoluto. Se ha optado por montar unos faros con un diseño un poco irregular, que se ve realzado de noche gracias a las luces de led de que dispone. Todo el conjunto forma una berlina estilosa y majestuosa, que no puede esconder su procedencia sueca en ningún caso.
El propulsor que hemos probado es el de 2.0 litros de 4 cilindros conmmon rail con doble turbo. Con este motor consigue obtener 235 CV, una cifra que no está nada mal, y está asociada a un cambio automático de ocho velocidades, además de disponer de tracción a las cuatro ruedas.
Se trata de un motor que se puede usar en tres modos diferentes, con lo que se consigue tener prácticamente tres coches en uno. Dispone de diferentes modos de conducción, empezando por el más suave y eficiente, el Eco, y acabando en el Dynamic, donde el vehículo entrega toda su potencia desde inicio y permite adelantar en carretera en el menor tiempo posible. Hay que decir que todos los modos de conducción permiten tener un rendimiento notable si se requiere, lo cual también es destacable.
Las prestaciones en sí son bastante notables, ya que conduciéndolo en cambio automático puede acelerar de 0 a 100 Km/h en tan sólo 7 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 240 Km/h, que no está nada mal. La marca cifra el consumo en 4,8 litros a los 100 Km llevando una conducción mixta, que es una gran cifra, y nosotros lo hemos dejado en 6,4 litros, sin ir con excesivo cuidado y conduciendo bastante en ciudad. Esta cifra, teniendo en cuenta estas prestaciones y las dimensiones del vehículo, es más que buena.
El comportamiento en carretera es de lo más neutro gracias a las suspensiones equilibradas de las que dispone y a la tracción a las cuatro ruedas permanente, que permite que se agarre de la manera ideal en cada momento. Del comportamiento hay que subrayar sobremanera el Pilot Assist, que permite que el vehículo se conduzca prácticamente solo siguiendo las líneas laterales de la carretera y manteniendo la distancia de seguridad marcada con el vehículo precedente. Este sistema es realmente excepcional y otorga un punto de seguridad extra importante. Este sistema se mantiene hasta los 130 Km/h.
INTERIOR
El interior no desentona en absoluto de lo que se espera de un vehículo de sus características, ya que la piel está presente en todos los rincones del vehículo y la marca sueca ha sustituido los engorrosos mandos de la consola central por una practiquísima pantalla de 9”, en la que se maneja hasta el más mínimo detalle del vehículo. Del interior también cabe destacar el equipo de música, que tiene un sonido excepcional y permite que el conductor pueda adaptarlo a su gusto.