Jonathan Gontchar es el propietario de este Volkswagen Escarabajo Oval de 1953 que adquirió por casualidad en 2015. El vehículo estaba abandonado en un mecánico y a través de un amigo acudió al taller y allí decidió que valía la pena quedárselo.
El problema más grande fue encontrar al propietario. Murió hace unos años y desde entonces nadie había ido a buscar el vehículo. Después de cuatro meses intentado encontrar a la persona que en esos momentos lera su propietario, Jonathan pudo contactar con su nieta y tras acordar un precio se convirtió en el nuevo dueño.
Este amante de los Volkswagen explica que el coche en líneas generales no estaba aprovechable, por lo que tenía mucho trabajo por delante para hacer que funcionara de nuevo. Le faltaba el motor, dentro estaba todo desmontado y sucio. Él quería buscar el equilibrio entre el estilo antiguo y moderno. Por eso, le rebajó la suspensión, buscó un motor, cambió las llantas y una ventana por una original de su época, lo pintó del mismo color, limpió el interior y lo fue dejando a su gusto. Todo esto lo consiguió gracias a la ayuda de amigos y gente del club de escarabajos llamado Dropwagen, del cual es socio desde hace años, pero la mayor parte lo arregló él solo. La restauración se prolongó durante dos años en los que hubo que consumir muchas horas de trabajo para dejarlo en perfectas condiciones.
Acerca del modelo, revela que siempre le ha gustado este, que no se imaginaba que podría llegar a tenerlo y que con este coche ha descubierto su verdadera afición. El propietario del Volkswagen se siente satisfecho de haber arreglado, sin tener nociones de mecánica, el 80% de su pequeña joya.
HISTORIA
El entrevistado nos cuenta que este coche entró por la aduana de Bilbao en septiembre del 53, después se fue a Valencia y allí estuvo hasta el año 1958. De Valencia viajó a Mallorca y se lo quedó un farmacéutico de Consell. Más adelante se lo traspasó a un trabajador que se encargaba de repartir medicamentos por toda la isla con el coche.
Las modificaciones que ha realizado su propietario se han centrado en el apartado mecánico. En este sentido, el coche monta un motor de otro modelo de Escarabajo y desarrolla una potencia de 34 CV, que le permite alcanzar una velocidad máxima casi superior a los 120 kilómetros por hora.
Otro componente del coche que ha sido modificado es el relativo al tren motriz. Jonathan ha apostado por rebajar la altura y montar una llantas más grandes en las ruedas, proporcionándole mucha más estabilidad y un mejor confort de marcha.
A pesar de las mejoras mecánicas que incorpora el vehículo, el aspecto exterior e interior sigue intacto como el día que salió de la cadena de montaje, como se aprecia en las distintas imágenes que aparecen en esta página.