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El motor en Mallorca

Un coche para disfrutar

José Juan Aguiló, sentado en su Triumph Spitfire. | Pere Bota

| Palma |

A José Juan Aguiló Bueno le cambió la vida hace algo más de diez años cuando el estrés de su trabajo le dio un susto de muerte, lo que le vino de maravilla para darle un giro de 180 grados a su forma de vivir. Y la verdad es que viéndolo ahora parece que el cambio ha sido muy positivo y se encuentra totalmente recuperado y en plena forma.

José, o Pepe, como le llaman los amigos, es el propietario de este precioso Triumph Spitfire MK-4 de 1972 que compró hace cuatro años en s'Arracó. Nos cuenta que el coche lo encontró en una possessió encerrado en una especie de granero y con todos los problemas del mundo, en un estado lamentable. El coche pertenecía a un joven mallorquín, que lo había comprado en Inglaterra y que después de hacer muchos kilómetros por Europa se lo trajo a la Isla hasta que se cansó, literalmente hablando, del vehículo. De ahí que lo arrinconara en la finca propiedad de la familia en s'Arracó. Nos cuenta Pepe que parece que hizo un intento de restaurarlo, pero al parecer la empresa fue demasiado grande para sus ganas de trabajar, ya que cuando lo adquirió nuestro protagonista tenía muchas piezas de repuesto, que había ido almacenando para proceder a su posible restauración.

Lo cierto es que fue Pepe el que acometió dicha tarea una vez adquirido el vehículo. Nos comenta que el trabajo ha sido largo y duro y aún hoy le dedica algún tiempo a mejorar algunas partes del vehículo, aunque viendo el coche nadie diría que necesita meterle mano.

A pesar de que ha realizado mucho del trabajo con sus propias manos, quiere destacar la importante ayuda que ha tenido de dos personas, Santi y Sandro, que le han ayudado en momentos puntuales, y reconoce que sin su ayuda todo se hubiera prolongado más en el tiempo.

Comentábamos al principio que José cambió de vida hace diez años, pasando de empleado de banca y de un gran susto a encontrarse prejubilado y con todo el tiempo del mundo para dedicarlo a su nueva vida y a hacer lo que le diera la gana. Y ahí fue donde le entró el gusanillo de la mecánica. Decidió que era una buena idea, con tranquilidad ir comprando vehículos viejos y restaurarlos. Como muchos coleccionistas, empezó con motos, una Vespa en concreto, y después le siguieron algunas más hasta dar el salto a los coches y han pasado unos cuantos por sus manos, empezando por un 600, un Mehari, un Mini, este Triumph y ahora su gran proyecto es un Golf MK-1, que ha iniciado recientemente y que le absorbe la mayor parte del tiempo. Como buen restaurador, tiene su propio taller en los bajos de su casa y sólo tiene que salir de la misma para ponerse manos a la obra. Asegura que le dedica muchas horas, pero sin ningún estrés y sin prisas, poco a poco, pues el tiempo es lo de menos: lo importante es hacer el trabajo y que resulte perfecto.

Con el paso del tiempo ha ido formando un gran grupo de amigos y se ha ido integrando en diversas asociaciones para compartir con sus amigos la pasión por los coches. Preguntado por un capricho en estos próximos años, nos comenta que su objetivo es conseguir un Seat 850 Coupé Sport, ya que de joven tuvo uno y no ha podido quitárselo de la cabeza.

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